10 cosas que deberías saber antes de autopublicar

Escribir, qué gran afición, qué beneficiosa para la agilidad mental, para combatir el estrés, para ampliar la memoria, para estar en paz con uno mismo. Todo el mundo debería probarlo, aunque fuera unos pocos minutos al día. Y si nos referimos a la profesión como tal, escribir es de las mejores cosas que puedan existir. Pero claro, hay un trecho entre la escritura como afición y la escritura como actividad profesional. Trecho que unos cuantos pretenden saltarse así como así, y que otros venden como fácil, con la panacea universal por bandera: autopublicar. Desde Libros Prohibidos nunca nos cansaremos de recordar el abismo que existe entre escribir como hobby y como profesión. Por ello, publicamos aquí una lista de 10 puntos importantes a la hora de saber si lo que hemos escrito merece ser publicado o no.

Antes, una nota aclaratoria. Cada libro que se puede ver en las bibliotecas o librerías, es la mejor versión posible de esa obra. Está estudiado hasta el último detalle, escondiendo meses (a veces años) de duro trabajo entre autor, editor/es y corrector/es. Por otra parte, leer un libro es una actividad que exige a cada lector un cierto número de horas sacadas de su tiempo libre. Esto va más allá del dinero que vale el libro en sí: se trata del tiempo del lector, esa cosa tan sumamente valiosa que se va y no vuelve. Hay que estar muy seguro antes de entregar nuestro libro a las manos del gran público.

¿Es mi libro original? A veces, se nos ocurren ideas que, con un buen desarrollo, pueden pasar por buenas historias. Pero si nos basamos en hechos ya explorados anteriormente, y además, los mostramos de la misma forma, resulta que llueve sobre mojado. No olvidemos que si queremos publicar algo es porque tratamos de hacer una obra única, contar lo que nunca antes se ha contado. Ejemplo: si tu idea trata de que el protagonista se entera de que sufre una enfermedad terminal y que le queda x tiempo de vida, lo que le lleva a hacer cosas que nunca antes se hubiera atrevido, pues mira, mejor que te lo replantees.

¿Tiene mi libro la ortografía y la gramática correcta? Esto es algo básico que no siempre se cumple y que enerva bastante al lector. Por regla general, sobre todo al carecer de ayuda profesional, suelen deslizarse erratas, pero una cosa son las erratas (que incluso los libros de las grandes editoriales tienen), y otra es cometer una y otra vez fallos gramaticales por descdiez-cosas-importantes-antes-de-autopublicar-libros-prohibidosonocer las reglas básicas del español. Los fallos más típicos son los de puntuación y tildes, aunque también destaca el uso de lenguaje coloquial donde no corresponde.

¿Es mi libro comprensible? Una vez realizado el repaso gramatical y ortográfico, es vital que el mensaje que tratamos de dar quede claro. No vale que el libro sólo lo comprenda quien lo ha parido (o quien tenga al autor al lado para que se lo explique), sino que hay que pensar en la pobre persona que se sienta a leerlo. Existen libros experimentales a los que les importa menos ser entendidos, o que incluso buscan confundir al lector. Ok, perfecto, pero si esa NO es tu idea desde el principio, esfuérzate por dejar claro lo que quieres mostrar.

¿Es mi libro verosímil? Esto, aunque pueda confundirse con el punto anterior, es bastante diferente. Se refiere a si los hechos narrados son consecuentes y están explicados de forma coherente. Es fundamental que nada ocurra de forma gratuita y que no quede ni un solo cabo suelto, que de eso ya está Hollywood lleno. Y, sí; los libros de fantasía y ciencia ficción también deben tener su propia verosimilitud.

¿Tiene mi libro suficiente interés? Parece broma, pero no lo es. Es posible que existan autores a los que les encante la recolección de hojas caídas de los árboles en verano, incluso es posible que haya un público deseoso de saber más sobre el tema, pero lo cierto es que esto le da lo mismo a una inmensa mayoría de los lectores. Lo mismo ocurre con libros que tratan sobre la vida de personajes, o sobre hechos o lugares inocuos, vacíos, sin interés. Piensa en lo poco que te gustaría a ti leer el tratado de 500 páginas sobre el canto ritual de la abutarda leonada en Monfragüe que ha escrito tu cuñado. Pues eso.

¿Son los personajes de mi libro lo suficientemente buenos? La pregunta del millón. En ficción, lo más normal es que las historias vayan relatadas de la mano de personajes, tanto protagonistas como secundarios. No es obligatorio que todos ellos posean algo especial que les haga únicos: pueden ser perfectamente normales. PERO, es SIEMPRE necesario que se vean reales, que tengan profundidad. Para esto es obligatorio dedicarle el número de páginas que haga falta para construirlos. También se requiere coherencia (enormes dosis de ella) y huir de clichés como quien huye de los predicadores mormones. Respetando eso, el libro ya tiene mucho ganado, y los diálogos fluirán de mejor forma.

¿Tiene mi libro un desarrollo correcto? La construcción y desarrollo de la estructura es vital en cualquier historia. Sé que suena anticuado, pero el rollo presentación/nudo/desenlace sigue siendo lo mejor a la hora de armar un buen libro. Es posible (y a veces recomendable) saltarse esto, pero si es la primera vez que escribimos, lo mejor es no correr riesgos y tomar una estructura correcta. También influyen los giros argumentales, tan necesarios para dar vida a cualquier narración.

¿Vale mi libro el precio que le voy a poner? Piensa en las horas de trabajo dedicadas a escribir, a documentarte, a corregir. Piensa en ello y luego mira los precios medios de los libros autopublicados en Amazon (0.90, 1.20, 1.90…). ¿De verdad vale eso tu obra? Compáralo con el precio de cualquier libro de Coelho o Dan Brown, y luego vuelve a hacerte la misma pregunta.

¿Soy una persona suficientemente humilde como para aceptar críticas de mi libro? La respuesta puede ser sí o no, pero da igual. Y es que, sea de la forma que sea, vas a recibir tanto críticas buenas como malas, que lo sepas.

10º ¿Tengo el tiempo necesario para promocionar mi libro? Si quieres hacer un buen trabajo, un autor autopublicado (o publicado por una editorial sin recursos) necesita varias horas diarias para hacerse una promoción decente. Por promoción decente NUNCA entendemos spam, que quede claro.

Estos 10 puntos se pueden resumir en dos preguntas: ¿Es mi libro todo lo bueno que puede llegar a ser? y ¿estoy dispuesto a aguantar todo lo que viene después?

Y ahora, una pregunta extra:

¿Estás seguro de que quieres autopublicar tu libro?