La invasión de los marcianitos — Martin Amis

Título original: Invasion of the Space Invaders
Idioma original: Inglés
Año: 1982
Editorial: Malpaso (2015)
Género: Ensayo
Valoración: Está bien

Cuentan las malas lenguas que todo autor consagrado debe tener una obra maldita, aquella escrita en sus inicios y de la que con el paso del tiempo reniega por considerarla, digamos, indigna de su trayectoria.

El libro que me dispongo a reseñar hoy podría ser una de esas, no por falta de calidad, sino porque su creador ha dado muestras en alguna ocasión de no estar demasiado satisfecho con el resultado. Cosas de la edad y del ego.

Martin Amis es un novelista británico que ha alcanzado un merecido prestigio en el mundo de las letras. Comenzó siendo conocido como el hijo de Kingsley Amis, hasta que en 1973 logró hacerse un nombre propio gracias a la novela titulada El libro de Rachel. El éxito le llegó joven, con apenas veinticuatro años; nueve años después, inmerso ya en la treintena, escribió el ensayo que paso a comentar: La invasión de los marcianitos (1982).

A principios de la década de 1980, miles de jóvenes se citaban en las salas recreativas para jugar horas y horas con aquellos novedosos artilugios que les permitían convertirse en héroes, a la caza y captura de todo tipo de seres malignos llegados de los confines del Universo. Las máquinas de marcianitos estaban de moda y Martin Amis fue uno de aquellos jóvenes que sucumbió a la adicción.

Tanto fue así que decidió escribir este ensayo, inédito hasta ahora en español y que ya podemos disfrutar gracias a la editorial Malpaso. Hago una breve pausa en el comentario de la obra para rendir el homenaje que merece a una editorial que está rescatando para nuestro idioma verdaderas joyas y cuyas ediciones son todo un lujo: tapa dura, hermosas ilustraciones y la inclusión (sin coste adicional) de la versión digital de cada libro que publica.

Pero volvamos al ensayo de Amis. Tras una pequeña introducción a cargo de, nada más y nada menos, Steven Spielberg, el autor pasa a contarnos cómo surgió su afición por los videojuegos. En ocasiones parece justificar su adicción, más por pura convención social que por convencimiento propio. Le encantan las maquinitas y no lo oculta en ningún momento.

A continuación, desgrana uno a uno los principales títulos disponibles en la época. La mayoría han sido relegados al olvido por el paso del tiempo; no obstante, algunos aún permanecen en nuestra memoria (sobre todo de la de los nacidos a finales de los setenta o principios de los ochenta) e incluso a varios de ellos siguen jugando los niños del siglo XXI.

Space Invaders, Galaxian, Asteroids, Battlezone, Lunar Lander, Defender, Missile Command, Pleiades, Donkey Kong, Turbo, Pac-Man… Son muchos los videojuegos que Amis analiza, con un estilo ameno y ligero, casi desenfadado.

El nivel de estudio de algunos títulos llega hasta el punto de aconsejar al lector algunas tácticas para llegar lo más lejos posible, desde las primeras oleadas de alienígenas hasta las hordas más complicadas de batir, casi invencibles.

Estamos ante un libro que gustará sobre todo a quienes en algún momento de sus vidas hayan disfrutado con los videojuegos; el ensayo de Amis nos traslada a la época donde todo comenzó. La última parte del ensayo se centra en aventurar (recuerdo que está escrito en 1982) la invasión de los marcianitos… en los hogares. Se estaba viviendo la aparición de las primeras (y arcaicas) máquinas que podían conectarse al televisor. Entonces no eran más que puntitos y palos recorriendo las pantallas, y los juegos de calidad se encontraban en las salas de juego. Hoy en día estas no existen y es en casa donde disponemos de las más modernas consolas de videojuegos…

Si bien en el libro se atisba el buen escritor que es Martin Amis (ya había triunfado en la literatura, pero no tenía la carrera consolidada que tiene a día de hoy), si hay algo que se le puede reprochar es su falta de tino profético: frases como …el juego es una birria (página 113), …tus días están contados. Te espera el desguace (página 114), en referencia al Donkey Kong, uno de los juegos que mejor ha aguantado el paso del tiempo de los que Amis referencia; o la frase Parece que a los cerebritos de la compañía no se les ha ocurrido que el fútbol tiene una afinidad natural con los juegos mecánicos, no con los electrónicos (página 119), teniendo en cuenta el éxito de juegos actuales de fútbol como PES o FIFA, nos obligan a desear mucha suerte con su carrera literaria al británico, porque como futurólogo parece que no ha tenido demasiado acierto.

Un ensayo ameno y bien escrito que traerá buenos recuerdos a quienes vivieron esa época de alumbramiento de una tecnología que a día de hoy mueve miles de millones de euros, dólares y cualquier moneda que se nos ocurra. Un libro que tal vez no entrará jamás en el canon de Amis, pero que entretiene y mucho.