Mike Ratera: Broadway

Nombre completo: Broadway. Mundo de mierda
Año:
 1993
Editorial: Tyrannosaurus Books (2015)
Género: Cómic
Valoración: Recomendable

Qué puedo decir sobre este irreverente e incómodo cómic… Vamos a ver, primero debería advertir que no es para todos los públicos. Broadway no está hecho para todos los lectores, sin duda. Pero para los que gusten de los mundos anti-útopicos, donde los humanos no se disfrazan de seres morales, este es un título que (con la mandíbula desencajada y el estomago revuelto) desde luego recomiendo.

Brodway es el nombre de la protagonista: una sucia y voluptuosa mujer a la que le va el sexo, la violencia y salir del paso como sea. Suele ir acompañada de Contestador automático, un yonki que le da a una droga muy chunga. Ambos irán reclutando a personajes de lo más variopinto para hacer su propia banda, los Super Shuckers, un grupo de tipos totalmente repulsivos que se dedicarán, entre otras cosas, a atracar gasolineras. Ellos son: Waterloo, que parece un greaser de los años cincuenta, desalmado y sin escrúpulos; Kellog’s, vomitivo y escalofriante (entre sus aficiones se cuentan la violación de jóvenes y la disección de viejos); y Mistyc, curtido y violento.

Broadway-libros-prohibidosEl resultado son viñetas con un rollo muy sucio, llenas de hostias como panes, coños, pollas, armas y sesos desparramados, con una trama hipnótica y ágil. Si tienes tragaderas. Desde luego, los protagonistas las tienen.

Algo totalmente a destacar es el hecho de que todo encaje en este mundo asqueroso que ha creado Mike Ratera. Da igual si aparecen zombies o si el protagonista ve el futuro, te lo vas a creer todo. Precisamente esa sensación de que no hay nada metido porque sí a mí me pone.

Es también destacable el prólogo en el que cuenta cómo nace esta historia. También, al final, como suele ser costumbre, descubrimos los nada desdeñables bocetos iniciales de Ratera. Una vez vistos, he de decir que a mí me agradan más otras versiones de la protagonista, pero bueno, es cuestión de gustos.

En resumen, un cómic original, desagradable, violento, muy muy turbio (en toda la extensión de su significado), que si bien (y en principio) no se lo recomendaría a mi abuela, sí que animo a su lectura a cualquier lector atraído por el riesgo, el rollo punky y el ambiente decadente de los cómics de los ochenta y noventa. No me seáis mojigatos.

Dorotea