Vamos con otro autor de nuestra lista de nominados a los Premios Guillermo de Baskerville a la mejor novela independiente de 2016: Juan González Mesa, autor de De acero y escamas.
Juan González Mesa nació en Cádiz, en 1975. Comenzó a escribir casi al mismo tiempo que descubrió la literatura de fantasía y de terror, a los once años. Su temprano interés en el mundo del cómic y el cine le llevó a realizar distintos cursos de dibujo, guión e Introducción General al cine. En el año 2004, guionizó, produjo y dirigió el cortometraje Exnatura. También es coguionista de la webserie Sombras. En la actualidad, colabora en el proyecto de ciencia ficción Exilium.
Con todo, el grueso de su producción artística es literario. En 2014 fue nominado al premio Ignotus a la mejor novela con Gente muerta, a la mejor novela corta con La montaña, y en esta última edición también ha sido nominado por su relato Los rápidos azules. Ha ganado o resultado finalista en varios concursos de relato.
Pese a que varias de sus obras han sido publicadas en distintas editoriales, Juan González Mesa también se atreve con la autopublicación, y no solo con De acero y escamas.
Dice no recordar ninguna época de su infancia en que no padeciera terror nocturno. «El terror nocturno supone mucho más que tener simples pesadillas», nos cuenta. «El miedo comienza antes de que se apaguen las luces y, a veces, se extiende, incluso en pleno día, a lugares oscuros. Este miedo permite que tu mente genere alucinaciones espectaculares. Con el tiempo, una vez superado este miedo, he asistido a muchos efectos inexplicables relacionados con el entorno del mundo de los sueños, la conexión entre personas que están lejos, las inexplicables coincidencias entre creadores que comparten el tiempo pero no el espacio. Todo esto influye en mi manera de ver el mundo y, por supuesto, en la parte de mi imaginación que uso para la Literatura.»
Pese a todo, no es un autor que solo cultive el género de terror. «Eso sí, incluso en mis relatos más mundanos hay un elemento que los liga directamente a mi modo de entender lo imposible: en medio de esta vida se puede abrir en cualquier momento un enorme e inexplicable agujero para el que nadie te ha preparado. Y lo más probable es que, al día siguiente, la vida siga exactamente igual. Cuando leí esta misma reflexión de la pluma de Stephen King, reconozco que me sentí un poco menos solo.»
Para finalizar, confiesa que no entiende la literatura especulativa, ni la sobrenatural, sin acercarla lo más posible a aquello que podemos reconocer en nosotros mismos. «Creo que ese es el mayor mérito de un escritor de género: conseguir la empatía en un entorno imposible», asegura.
