Julián Ribera Tarragó: Bibliófilos y bibliotecas en la España musulmana

Bibliófilos y bibliotecas en la España musulmana. Libros Prohibidos

Año: 1896
Editorial:
Athenaica Ediciones (2015)
Género:
Ensayo
Valoración:
Recomendable

El gusto por los libros en Al-Ándalus

Hace algunas semanas, mientras paseaba por el mercadillo sabatino de un pueblo gaditano, me detuve unos minutos en un tenderete donde vendían libros de segunda mano. Estaban colocados sin orden ni concierto y había libros de todo tipo: mejor y peor conservados, más o menos modernos, algunos muy voluminosos, otros no tanto. Ante aquel maremágnum, pregunté al tendero el precio de un par de libros que me podían interesar. Con gesto firme, apartando los libros que sostenía entre mis manos, su respuesta fue contundente: los libros grandes, un euro; los pequeños, cincuenta céntimos. Libros al peso. Tal cual.

No importaba la calidad del texto, el autor, la edición… Caballo grande, ande o no ande. Me sorprendió tanto que no pude evitar recordar algunos de los pequeños grandes libros que he leído en mi vida. El que me dispongo a comentar hoy es uno de esos. Una joya que dormía el sueño de los justos desde hace años y que Athenaica Ediciones ha decidido recuperar para nuestro uso y disfrute.

Julián Ribera Tarragó nació en Carcagente (Valencia) en 1858 y es uno de los mejores arabistas que ha dado nuestro país. En 1895 pronunció un discurso en la Universidad de Zaragoza cuyo éxito posterior, teniendo en cuenta sus propias palabras, dudo que atisbara.

La redacté (la conferencia) con apresuramiento y sin gran cuidado, no haciendo entrar en su contenido sino lo más corriente…

La disertación de Ribera Tarragó fue puesta por escrito por el diario La Derecha, que además produjo una pequeña tirada de cincuenta ejemplares. Tan buena acogida tuvo que desde entonces han sido numerosas las reediciones de la obra (Zaragoza, 1896; Córdoba, 1925; Madrid, 1928; Pamplona, 2007…), algunas tan curiosas como la de Nueva York, en 1972, o su traducción al urdu, lengua de origen indio, en 1974.

La edición que pone ahora en nuestras manos Athenaica corresponde a la que formó parte de Disertaciones y opúsculos (Madrid, 1928), la colección de ensayos reunidos por los discípulos de Tarragó con motivo de su jubilación, editados por Miguel Asín Palacios.

Julián Ribera Tarragó. Bibliófilos. Libros ProhibidosEntrando en materia, Bibliófilos y bibliotecas en la España musulmana se abre con un estupendo prólogo a cargo de Gracia López Anguita, Lic. en Filología Árabe en la Universidad de Granada y doctora con mención europea en Estudios Árabes e Islámicos por la Universidad de Sevilla. López Anguita hace un repaso a las ediciones existentes de la obra, a la biografía de Ribera Tarragó y a las fuentes árabes utilizadas por el autor. Un resumen de la producción escrita del arabista, desde 1886, da paso al ensayo en sí.

Es sorprendente la cantidad de información y referencias que contiene el trabajo de Tarragó en tan pocas páginas. Desde la quema de libros en la plaza Bibarrambla de Granada, el autor hace un breve pero interesante recorrido por la historia de los principales bibliófilos y bibliotecas de la época. No me resisto a citar algunos de ellos, como los cuatrocientos mil volúmenes de la Biblioteca Real de Abderramán el Grande y sus hijos, Alhacám y Mohammed; la biblioteca del maestro de escuela Ben Hazam; o la de Abu Chafar ben Abbás, ministro del rey Zohar, con más de cuatrocientos mil volúmenes encuadernados y completos, más allá de papeles y cuadernos sueltos.

Ribera Tarragó dedica una parte de su tratado a algunas de las mujeres musulmanas que tuvieron a lo largo de su vida una estrecha relación con los libros: Aixa, Lobna, Fátima, Radia, Jadicha…

Muy interesante también es la anécdota referida por el viajero y bibliófilo Elhadrami sobre lo ocurrido durante una visita a uno de los encantes del mercado de libros de Córdoba.

El autor recorre Córdoba, Almería, Badajoz, Toledo, Valencia y Granada para presentarnos a los principales bibliófilos de la época y sus bibliotecas, para cerrar el escrito con algunas páginas dedicadas a las quemas de libros por parte de musulmanes y cristianos.

¡Cuántos por miedo a que fueran malditos alcoranes, en la duda, por ignorancia, no habrán parado en la hoguera!

Interesante no solo para bibliófilos o ratones de biblioteca

El volumen editado por Athenaica incluye un buen número de notas que amplía la información aportada por Ribera Tarragó en su discurso y sirve de magnífico punto de partida para quien desee continuar investigando sobre el tema.

Al haber sido una conferencia en origen, y pese a las modificaciones (pocas) que se realizaran antes de su publicación, el estilo del texto es ágil. El volumen de información en ningún momento hace pesada la lectura; muy al contrario, los apuntes del autor sobre numerosos personajes históricos de la época invitan al lector a profundizar en su conocimiento, tal como ocurre con las notas finales.

Desde su creación, Athenaica tiene una línea editorial interesante y muy bien definida que tiene reflejo en su cada día más amplio catálogo. Uno de sus pilares es la recuperación de joyas como el texto que presentamos hoy en Libros Prohibidos. Un libro pequeño en extensión al que hace grande su contenido, fundamental para comprender una faceta poco conocida de la España musulmana.

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