VVAA: Premio Avalón de Relato Fantástico

Premio Avalón. Libros Prohibidos

Año: 2017
Editorial: Sportula
Género: Relato
Valoración: Muy recomendable

Homenaje al relato de género

Un poco de contexto: la AsturCon fue una suerte de festival de literatura de género celebrado en el marco de la Semana Negra de Xixón en el periodo de los 2000. Si nunca habéis estado en la Semana Negra (o en el Festival Celsius), ya os lo digo: es toda una experiencia que aúna todo lo bueno de la literatura de género con todo lo bueno de Asturias (blank space, porque decir ‘espíritu folixero’ puede sonar raro para los de fuera): id, porque es estupenda. En dicho festival, se celebró de 2005 a 2012 un certamen de relato breve de temática fantástica: el premio Avalón.

Hoy, pues, os traigo un comentario de los siete cuentos ganadores de dicho premio durante su recorrido literario. Quisiera dejar claro desde el principio que la lectura de los siete relatos ha sido magníficamente grata. Pese a que, como en todas las antologías, hay algunos que me han interesado más y otros menos, todos han sido obras cortas muy amenas, de enorme calidad narrativa y que merecen la pena, que he disfrutado y que me han resultado sorprendentes en sus historias. Señoras y señores, con ustedes el premio Avalón y sus premiados.

Comienza la recopilación con No es tela asfáltica, de José María Sánchez de Toca Catalá (premio Avalón de 2005), que supone una divertidísima, curiosa e inteligente inmersión en el libro. ¿Qué es esto, qué tenemos entre manos, qué trama el autor? Ni más ni menos que una narración en forma de monólogo confesional acerca de una extraña fuerza que vete tú a saber qué es. Una historia contada desde la inteligencia y la originalidad, pero sobre todo desde una especie de tranquilidad, de un divertirse, de un espíritu campechano que hace que al lector no se le quite la sonrisa de la boca.

Premio Avalón de relato. Libros Prohibidos.Cambiamos de tercio para leer Mobymelville, de Daniel Pérez Navarro, revisión en clave ciencia-ficcional de la obra de Melville. Os puedo decir que la forma de narrar de Pérez Navarro es lírica, densa pero certera, muy hermosa. Juega con las repeticiones y con la intertextualidad para crear un texto muy bello, cuyo mayor interés se da en la forma y en los perturbadores cambios que se aplican al argumento original. Resulta que este cuento es, como advierten en la nota biográfica, un preámbulo (por llamarlo de algún modo, pues tiene una innegable independencia) de una novela del mismo nombre (que, sinceramente, no puedo esperar para leer).

El siguiente relato es ¿Pueden llorar ojos no humanos? de Germán Pablo Amatto, el componente de la recopilación de trama más desagradable y cronenbergiana. Su trama tiene una apariencia muy diferente a la del resto de relatos que conforman la obra, y la historia se descubre como un perverso descenso a los infiernos de la fe y una suerte de crítica al clericalismo. Sorprende la oscuridad general, tanto en el tono como en la imaginería: pese a lo excelente que es, para mi gusto, no es una lectura agradable, sino sombría, con olor a calabozo, a cerrado y a desesperada agonía: de esas que no te gustaría que leyesen en el metro por encima de tu hombro.

Los campos ingleses, de Ricardo Gabriel Curci, es para mí el relato con más complejidad argumental de toda la antología, con dos tramas paralelas que van desvelando la información con lentitud. Hay algo en él que recuerda a la (excelsa) película The Autopsy of Jane Doe; pese a no compartir tramas, el hecho de desarrollarse en entornos similares les asemeja, así como esa sensación de opresión, de algo que se cerca en torno al lector a medida que pasan las páginas. La combinación de ambas historias es estupenda y esa combinación de voz del personaje con final abierto y con dudas constantes resulta magnífica.

Llegamos así a Sanador, de Ekaitz Ortega, que es el cuento que menos me ha gustado; y, sin embargo, también me ha parecido interesante. Va de menos a más: digamos que todo lo que presenta en las páginas finales me resulta tan aterrador, tan horroroso en concepto, que es ahí donde me gana. Pero he de reconocer que lo que es la base de la idea argumental, pese a su buena ejecución, no me resulta tan interesante como las del resto de relatos.

Os presento ahora mi relato favorito: El espacio que ocupan las palabras, de Sara Sacristán Horcajada. Mucha atención, porque es maravilloso: habla del lenguaje y de su inherencia al ser humano, retomando un poco una esencia medievalesca-fantástica que le da un toque de sombra, herejía y superstición excelente. Pocas veces me he encontrado con un cuento tan hermoso, tan trágico y triste, pero con tanta luz al mismo tiempo. Me parece todo interesante: el concepto, la ejecución, los personajes y sus conversaciones, el final, lo que se dice y lo que no se dice. Os recomiendo toda la obra, pero si solo podéis leer un relato, que sea este.

La antología se cierra con Cumplimiento de disposiciones notariales de Blanca Martínez (último premio Avalón, de 2012). Como jugando con la circularidad, resulta que también se trata de un relato que destaca por su hilaridad. Claro que es en lo único en que se parece, pues el tono es diferente: pese a tener una parte campechana, esconde una trama digna de un capítulo de los Monty Python, que lleva al lector a convertirse en campeón de levantamiento de ceja con simpatía y confuso desdén del año en que se presente. De verdad, un relato divertidísimo, con una idea ingeniosa y un final más que desconcertante.

Como veis, esta recopilación me ha resultado una gratísima lectura. No se puede evitar sentir orgullo al disfrutar de los siete ganadores de un certamen y ver que, efectivamente, todos resultan merecedores de dicho honor. Es una lástima que el premio Avalón no se siga entregando, pues iba por un camino glorioso. No puedo no recomendaros esta obra (con efusividad) y diré más: no puedo no elogiar a Sportula por decidir llevar a cabo esta recopilación. Me parece una editorial con un catálogo muy interesante, y esta antología hace solo que acrecentar este interés además de dejar claro que su interés por el género y su estado es algo real.

Hazte con un ejemplar de Premio Avalón de relato fantástico haciendo click aquí.