Javier Traité: Conquistadores secundarios

Conquistadores secundarios. Libros prohibidos

Título completo: Conquistadores secundarios. Una historia torcida de la conquista de América
Año: 2017
Editorial: Principal de los libros
Género: No ficción (Ensayo histórico)

Nasío pa conquistá

No suelo tener la ocasión de leer libros de Historia. Fue terminar la carrera y dedicarme a otras cosas más, digamos, lúdicas. Mi trabajo en Libros Prohibidos tampoco contribuye mucho a variar esto, la verdad. Por eso, cuando una novela histórica cae en mis manos, me pongo hasta nervioso. Y si ya es un ensayo como este Conquistadores secundarios, en el que además se habla de una parte de la Historia que tengo requeteestudiada como es el descubrimiento y conquista de América, y que para colmo está escrita en tono de humor, pues ya es que me entra taquicardia.

Todo el mundo sabe que Colón descubrió América y todos conocen las conquistas que hicieron Hernán Cortés en México y Francisco Pizarro en Perú. Pero ¿qué hay del resto? ¿Quiénes eran aquellos otros conquistadores barbudos y malolientes que exploraron las geografías más infernales del Nuevo Mundo? ¿Cómo lograron conquistar casi diecinueve millones de kilómetros cuadrados de territorio desconocido, hostil y mayormente inaccesible con cuatro pelagatos? ¿Y qué tenían en la cabeza para lanzarse a aquel dislate?
En este libro, además de un montón de naufragios, reunimos un catálogo de personajes realmente pintorescos. La mayoría eran simples supervivientes con la peor suerte del mundo, pero en cada uno de ellos hallamos sus eventuales dosis de psicopatía, afición al hurto, tendencia a la traición, imaginación desbordante, ingenuidad sin límites e intrepidez suicida.
Embarca junto a Diego de Nicuesa, Pánfilo de Narváez, Cabeza de Vaca, Inés Suárez, Lope de Aguirre y muchos otros célebres secundarios en la aventura más enajenada y torcida de la historia: la conquista del Nuevo Mundo.

Ese lugar donde la épica confluye con lo cutre, donde la fantasía se mezcla con el más cruel materialismo, donde la heroicidad se confunde con la villanía, donde los más altos valores bailan con los más bajos… Algo así fue la conquista de América a finales del siglo XV y sobre todo a lo largo del siglo XVI. Este ambiente decadente, imperioso y esperpéntico es perfectamente captado y todavía mejor transmitido por mi tocayo Javier Traité en Conquistadores secundarios. Este escritor barcelonés, doctor en Historia, es también autor de otros títulos como Historia torcida de la Literatura e Historia torcida de España. Su especialidad es centrarse en los detalles más escabrosos, en bajar al suelo a los grandes, y en darle su peculiar punto de vista jocoso a esa cosa tan aburrida que hay que estudiar sí o también llamada Historia.

Y te ríes. A mandíbula batiente además. El humor de Traité es camaleónico; puede ser sutil si lo necesita y tremendamente soez si está a su alcance —cosa que ocurre a menudo—. Su uso del lenguaje coloquial en una temática tan tradicional, académica y clásica es una delicia y un no parar de reír. Está claro que aquellos que conozcan esta parte de la Historia podrán disfrutarlo más, pero también hay que reconocer el valor didáctico de la obra. Yo estudié dos asignaturas directamente relacionadas con este tema y varias que lo tocaban indirectamente y aún así he aprendido un montón de cosas. Es cierto que más que datos, digamos, importantes, son curiosidades con cierto amor por la escatología y la astracanada, pero datos al fin y al cabo. Con esto quiero decir que el público objetivo no tiene por qué ser solo alguien especializado, sino que el simple interés en la Historia ya es suficiente para disfrutarlo.

JEFE TAHÍNO: Mire, porque no me dejan salida, pero esa religión suya nos parece un coñazo.
ENCOMENDERO: Le cogerá el gusto, créame. Bien, y ahora el último punto. Como comprenderá, no somos una ONG, no trabajamos gratis, ni proporcionamos civilización ni salvación del alma a cambio de sonrisas y abrazos. Tendrán ustedes que pagarnos por nuestra protección y nuestra colonización. Pero no se preocupe, que tendrán absoluta libertad de elección: podrán elegir trabajar en los campos de azúcar, en las minas, darnos pollos, cerdos, yuca, patatas, y cualquier otro género susceptible de venderse y utilizarse. Y en cualquier momento, estarán disponibles para ser penetrados sin previo aviso por un pene español. Sobre todo sus mujeres. ¿Estamos?
JEFE TAHÍNO: Pero si lo que vienen a enseñarnos no nos interesa, nos van a montar cuando quieran y encima nos cobran tributo, ¿no somos nosotros entonces los que trabajamos gratis para los que han invadido nuestra tierra?
ENCOMENDERO: Me temo que esas sutilezas ya quedan por encima de mis capacidades, y debería discutirlas directamente con sus Majestades los Reyes Católicos. Pero para ello tendrá que escribirles una carta en castellano, que no podrá aprender si no acepta el trato y tengo que volarle la cabeza. Por lo tanto, tenemos un trato. Encantado de ser su encomendero, ¡que pase el siguiente!

Conquistadores secundarios. Mapa. Libros ProhibidosPara animar el cotarro y que nadie se pierda —al menos no tanto como los propios conquistadores—, la obra incluye hasta veinte mapas explicados, cómo no, en tono de chanza marca de la casa. Podemos encontrar «La absurda expedición de Pánfilo de Narváez», «La primera y muy torpe exploración del Perú», «Las rutas de Pizarro y Orellana en busca de la canela», o «El paseíto que di por el Yucatán», en la foto adjunta.

En fin, un libro que consigue la complicada tarea de tratar la Historia de una forma divertida y amena, incluso tronchante. Entiendo que esta obra pueda molestar a descendientes de los pueblos originarios de América por frivolizar un episodio tan conflictivo, aunque es tanta la caña que se le da a los conquistadores españoles que seguro que también le cogen el gusto. Precisamente por esto último, aquellas personas que estén especialmente orgullosas de la historia de España también podrían sentirse ofendidas. Bueno, yo seguiría recomendándoselo a todos ellos; a lo mejor así contemplan la existencia de otros puntos de vista y su lectura se convierte en una enriquecedora experiencia. Vamos, que se lo recomiendo activamente a todo el mundo.

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