José Luis Cantos: Telaraña

Año: 2015
Editorial: Tyrannosaurus Books
Género: Novela
Valoración: Está bien

Malvenidos a Simetría. Supongo que habréis cogido el ferry desde la península para estar presentes aquí hoy. Quizás habría sido mejor que no hubiérais venido; es complicado sobrevivir en la isla, no digamos ya vivir. Pero bueno, cada cual con lo suyo y esperemos que no pase nada.

Telaraña nos sitúa en una isla llamada Simetría, en la que se junta lo peor de lo peor, gente malísima, gente un poco mala y gente que normalmente no sería mala (pero el ambiente es lo que tiene, que empapa). Y es curioso porque los personajes principales que mueven la novela no son precisamente de los buenos, o de los menos malos: están entre los distintos ámbitos y dependiendo de la óptica, de la situación y de la compañía se portan mejor o peor. Por supuesto, aquí no hay mucha esperanza y la que hay de vez en cuando es eliminada como si de una amenaza se tratase. ¿El resto? Vacío, soledad, mentira, desazón, muerte. Tengo que reconocer que me resultó una lectura demasiado desagradable en ocasiones, aunque no dura, que también lo es pero resulta normal (si no lo fuese, no sería Simetría). El desagrado viene por una serie de escenas extremadamente grotescas, sistemáticas, continuadas, que no dan tregua al lector y que constituyen el tono de la novela. A mí este tipo de historia (muy del realismo sucio) no me gusta demasiado, y la narración tampoco, pero entiendo que es la única que podía combinar de manera adecuada con lo que se provoca. En este sentido, Telaraña no tiene nada de anodina: es visual, genera mucha tensión narrativa, es amarga y muy dura.

La novela parte de una serie de personajes sin conexión alguna que poco a poco irán uniéndose en el mapa de la isla, hasta que todo cobra una nueva luz. Pese a que en general este proceso es fluido y verosímil, hay ocasiones que la unión entre uno y otro personaje se ve forzado, hay veces en que lo que se necesita para que la trama de un personaje continúe es demasiado casual y brutal como para ser fruto de la pura historia por sí misma. Resulta un tanto exagerado. Y sin embargo de nuevo parece todo sutil, parece que viene de eso de que estamos en Simetría y en ese sitio las leyes universales carecen de sentido, no debería sorprendernos nada pues todo puede pasar. Tengo que decir así y todo que me gustó muchísimo la construcción de los personajes, cada uno de ellos resulta muy interesante, sus historias son estremecedoras y sus actos están justificados, es una gozada leer sobre ellos (aunque sean unos desgraciados, que hay cada elemento curioso). Todo acompañado por un estilo muy interesante, que si bien como ya os digo hace de la lectura algo terriblemente desagradable también es la causa de que muchas de las situaciones también tengan una luz especial. Las metáforas e imágenes que usa José Luis Cantos son muy buenas.

Quiero dejar claro que si bien es una novela que me ha gustado, tampoco he llegado a disfrutarla enormemente. El hecho está en que es una lectura con una serie de aspectos que a mí por lo general no me hacen demasiado gracia (prostitutas y su peligrosa vida, violaciones, relaciones de pareja brutales…) y aquí no ha sido diferente. Sí que la considero una buena novela, como ya he dicho con unos personajes excelentes y bien articulada y estructurada, pero no es para mí. Estas cosas pasan. Así pues no es cuestión de recomendarla o no, pese a creer que puede gustar. Por eso le he dado la, creo que merecida, calificación de Está bien: que el lector decida si quiere y si se atreve a entrar en los barrios más bajos del fondo de Simetría. Tranquilos: hay quien ha podido escapar de allí.