Año: 2016
Editorial: Pentian
Género: Novela corta
Valoración: Mejor no
Avanzamos en la semana y en la sección oficial de los Premios Guillermo de Baskerville 2017 con Proveedores de almas, tercera obra de Óscar Brizuela.
La acción arranca en un pueblo agrícola de Estados Unidos, donde el sheriff se ve envuelto en un trágico suceso durante el robo de un banco. El sheriff, amado y respetado por todos sus vecinos hasta ese mismo momento, se ve obligado a abandonar el pueblo. Esto, sumado a unas voces que empiezan a sonar en su cabeza, le hacen iniciar un viaje que le revelará grandes secretos.
Tal y como se refleja en la valoración, Proveedores de almas no me ha llegado. Creo que esta novela reúne una serie de factores que no le permiten desarrollarse todo lo bien que podría. Para empezar, creo que el orden de los hechos no es el más adecuado. El libro comienza relatando una historia rural americana como tantas veces hemos visto ya en el cine o la televisión. Parece que va a ser una obra de narrativa “costumbrista”, pero no va de eso. Luego aparecen elementos de drama, pero tampoco va de eso. Bastante avanzada, la novela deja ver rasgos de terror paranormal e incluso de suspense y es entonces, en la segunda mitad del texto, cuando el lector descubre de qué va realmente Proveedores de almas. Este desorden, sumado a que las transiciones entre las distintas partes no fluyen tan bien como deberían, dejan una muy difícil de superar sensación de desorientación y desazón en el lector.
No pienso que el autor desconozca las partes que forman su obra, de hecho, creo que lo tiene bastante claro. Tiene los personajes, el lugar, la historia, las situaciones y la intención, pero no tiene bajo control el orden de los hechos, así como tampoco dirige las sensaciones del lector, cosa fundamental en libros de terror. Solo le falta plasmarlo con mayor propiedad. Dicho de otra manera, debe darle orden. Creo que una obra cuyo tema principal va a ser el terror paranormal tiene que empezar a mostrarlo, si no desde el mismo principio, desde muy pronto. Tampoco es positivo que apenas haya parecido entre la historia que comienza, la que se desarrolla y la que termina. A veces da la sensación de que se trata de tres historias independientes en una (en apenas 150 páginas, de ahí la desorientación de la que hablé anteriormente).
En fin, considero que a Óscar Brizuela todavía le falta bastante camino que recorrer para conseguir armar una historia de terror convincente que atrape al lector como se propone.