El rastro del rayo – Rebecca Roanhorse

Título: El rastro del rayo
Autora: Rebecca Roanhorse
Traducción: Raúl García Campos
Ilustración cubierta: Tommy Arnold
Año: 2022
Editorial: Red Key Books
Género: Ciencia ficción

Una guerrera vigila encaramada en el techo de su coche, empuñando su largo cuchillo y su escopeta. De fondo, un rayo corta el cielo. No, no estás eligiendo una nueva serie de acción. Es la portada de El rastro del rayo, la primera novela de la saga de El sexto mundo, de Rebecca Roanhorse. La editorial Red Key Books nos trae esta trepidante novela, ganadora de los premios Locus, Hugo y Nébula. 

 

Y es que la promesa de acción de la fotografía no es vana. En un mundo postapocalíptico, modificado brutalmente por una crisis climática, una civilización antaño desplazada ha tomado de nuevo su lugar en el mundo. El pueblo navajo ha recuperado sus tierras y su magia; y ahora sus deidades, héroes y heroínas recorren el planeta… pero también sus monstruos.

Trabajos forzados

Sin embargo, yo no soy ninguna heroína. Soy, más bien, el último recurso, la táctica de la tierra quemada. Soy esa persona a la que se contrata cuando los héroes han vuelto a casa en una bolsa para cadáveres.

Maggie Hoskie es cazadora de monstruos. Por sus venas corren los poderes de sus clanes, que la impulsan a ser ágil, veloz, letal. Tras un oscuro tiempo de inactividad, decide aceptar la misión de eliminar a un extraño monstruo que ha secuestrado a una niña de un poblado cercano. Cree ser capaz de solventar la tarea de manera rápida y eficaz… al menos la parte que concierne a acabar con la amenaza.

Sin embargo, la cacería es solo el principio. Los secretos que oculta el terrible ser al que persigue son mucho más profundos de lo que esperaba. Sorprendida por la naturaleza del monstruo, se ve obligada a buscar ayuda. Y así, para desentrañar la maraña de magia oscura que se le presenta, termina formando equipo con un nuevo y extraño compañero de viaje. Kai Arviso, un apuesto joven de la reserva que estudia los métodos de curación ancestrales.

Juntos emprenden una misión de investigación que requerirá de ellos una confianza mutua que no existe. El carismático curandero es demasiado urbanita y tiene una actitud demasiado desenfadada. La hostil cazadora no acostumbra a trabajar en equipo y tiene una reputación desastrosa en la ciudad. Sin embargo, forzados a colaborar, ambos desean desvelar el misterio que se les presenta… aunque por diferentes motivos.

El clan de la novedad

Y, con la necesidad, llega Honágháahnii, como un incendio que se propagara por mis venas, que azotase mis músculos, que me transformara en algo superior a lo que soy sin su influencia. La vista se me aguza. Los pulmones se me dilatan. E incluso vuelo, con los pies ahora más ligeros, sin apenas rozar el suelo.

Dicho sin paños calientes, hoy en día das una patada al suelo y salen veinte distopías. Y aquellos que somos seguidores de este tipo de ambientación, sabemos que la originalidad es un reto mayúsculo al que se enfrenta cada autora y autor que busca hacerse su hueco en el futuro postapocalíptico. Rebecca Roanhorse se ha atrevido, apostando por un telón de fondo no tan común: en lugar de crear una nueva civilización, la trae de vuelta. No somos muchos, sobre todo a este lado del charco, los que estamos familiarizados con los nativos norteamericanos, y esta “nueva” magia es una baza ganadora de Roanhorse.

Pero el verdadero triunfo es no quedarse ahí, sino unir toda esa tradición con un mundo completamente modificado, destruido una vez más por la propia humanidad. La fusión de la mística más profunda con algunas de las piezas más (sub)mundanas que pueda imaginarse resulta tan extraña como refrescante. Es complicado poner un ejemplo sin desvelar los misterios de El Sexto Mundo, por lo que lo mejor es sumergirse en él y disfrutar de estos marcados contrastes. El trasfondo indígena se amalgama con el futuro distópico creando una mezcla magnética que hace que pique la curiosidad.

Mucho por descubrir

Y así, el Muro cobró vida propia. Cuando los trabajadores regresaron a la mañana siguiente, ya se elevaba quince metros. […] Era precioso. Era nuestro. Y estábamos a salvo. A salvo del mundo exterior, al menos. Aunque, a veces, los peores monstruos habitan en tu propia casa.

El rastro del rayo solo es el principio. Se detecta desde el primer momento, cuando en lugar de hechos concluyentes, empiezan a aparecer migas de pan que recoger. El mundo de Rebecca Roanhorse se va presentando poco a poco y de manera velada, en la medida justa para crear un contexto a la vez que deja que nuestra imaginación coloque las piezas que faltan… al menos hasta la siguiente revelación. Lo mismo sucede con la historia, que deja hilos de los que tirar y cabos sueltos que atar. Avanza veloz y ágil, pero dejando a su espalda puertas y callejones que, antes o después, deberán ser explorados.

El efecto que se genera es que este primer volumen de la saga es el entrante, apetecible y sabroso, pero que lejos de quitar el hambre, la despierta. Para saber si la comida en conjunto merece la pena, tendremos que esperar a los siguientes platos, pero por el momento, la mesa esta puesta. Dad una oportunidad al universo de Rebecca Roanhorse, abrid la mente y seguid al rayo para descubrir los secretos de El Sexto Mundo.

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