Año: 2016
Editorial: Autopublicado
Género: Novela
Valoración: Está bien
Ya empiezan a llegar las primeras reseñas de los jueces de los Premios Guillermo de Baskerville 2016, y nosotros, mientras, seguimos sumando títulos a la sección oficial de los premios del año que viene. Hoy, un nuevo autopublicado: Cuando el silencio mata.
En una pequeña iglesia de la Antigua Guatemala, el padre Alarcón, párroco de la misma, es visitado por un misterioso desconocido que, amparándose en el secreto de confesión, tortura al sacerdote anunciándole los nombres de las personas que va a asesinar en las siguientes horas. Incapaz de ofrecer una reacción posible, el padre Alarcón vivirá un infierno para frenar al asesino por sus propios medios, tal y como ordena la Iglesia.
Con estas premisas que le dan cierto aire de bestseller y que suenan a homenaje a Crónica de una muerte anunciada, se inicia Cuando el silencio mata. La intención es clara desde la primera página: atrapar al lector en un thriller lleno de suspense y misterio. Sus mejores armas son una correcta dirección de los hechos, una buena elección del orden de los capítulos, un ritmo siempre intenso y un desconocimiento constante de qué vendrá luego (lo que hace que el interés del lector siempre esté por las nubes). Podría decirse que el autor ha dado con la tecla para armar un pageturner (o pasapáginas), cosa que yo no termino de ver del todo claro.
Si bien creo que la atmósfera está muy conseguida y que el planteamiento es potente y original, hay ciertas lagunas en la investigación policial que no termino de procesar. Todas las piezas encajan más o menos bien, pero no entiendo cómo es posible que, una vez que ya todo el mundo sabe que el asesino hace visitas esporádicas al cura, a nadie se le ocurra tener a este vigilado las 24 horas del día. Un micrófono oculto en el confesionario (sin necesidad de que el párroco se enterase) también podría cumplir su función sin problemas. Detalles de este tipo hacen que una obra policíaca, por muy bien construida y bien llevada que esté, pierda verosimilitud. Y como ya vimos en una reseña reciente de un título similar, este es el peor pecado que una novela negra pueda cometer. Aunque pueda parecer una nimiedad, lagunas argumentales así marcan la diferencia.
Hay que reconocerle a Cuando el silencio mata que, pese a que no ha quedado del todo redonda, sigue resultando una lectura interesante por los muchos matices que subyacen en la trama y por los dilemas filosóficos que plantea. Por un lado, presenta la guerra interna de un hombre que se debate entre cumplir con su voto sagrado o por el contrario ser práctico y salvar vidas (deontología vs utilitarismo). Por otro, nos hace pensar sobre la importancia de mantener vigentes reglas y costumbres por desfasadas que estén. También nos invita a reflexionar sobre el papel de la Iglesia en la sociedad actual.
En fin, un libro interesante, casi redondo y que se lee de un tirón. Yo, por si acaso, me apunto el nombre del autor para cuando saque el siguiente.