Año: 2015
Editorial: Ediciones el Transbordador
Género: Novela
Valoración: Recomendable
Hoy tengo el gusto de presentaros Ciudad de heridas, una novedad novedosísima que nos ha llegado de la recién nacida Ediciones el Transbordador. Se trata de una novela nada al uso que me ha tenido un buen rato devanándome los sesos hasta encontrar la forma adecuada de describirla. Y la conclusión a la que he llegado es… que es muy difícil hablar de este libro. Y no por falta de interés, ni mucho menos. Quizá sea precisamente la estrambótica mezcla de interesantísimos elementos que encontramos entre sus páginas lo que la haga tan escurridiza. Vamos a ver qué sale.
Si tuviera que elegir una sola etiqueta para describir Ciudad de heridas esa sería ‘terror surrealista’. La acción se desarrolla en una ciudad ficticia llamada Gran Salto, en la que parecen desafiarse todas las leyes de la lógica, dando lugar a un universo delirante e impredecible. Los perros han sido infectados por un extraño virus extraterrestre que los convierte en insaciables zombis asesinos, los muertos sólo están muertos mientras son observados, un extraño tipo con chistera y una galaxia en sus iris puede materializarse en cualquier momento y lugar… El lector es lanzado en medio del caos, y uno muy gustosamente se deja llevar, pensando que la novela no tiene más pretensiones que la de generar una experiencia entretenida de terror y suspense. Y esto sin atenerse a las normas de la realidad.
De haberse quedado ahí, Ciudad de heridas sería una obra de consumo rápido, de esas que tanto se estilan últimamente y que no terminan de calar por estos lares. Lo que hace que se desmarque de esa tendencia y, a mi humilde modo de ver, adquiera mayor valor literario es el hecho de que Miguel Córdoba no se contenta con ofrecernos un producto para pasar un buen rato sin más, sino una obra que finalmente requiere un esfuerzo activo de lectura. Esta dimensión extra nos viene dada por el elemento de metaficción que es introducido cuando uno de los personajes comienza a leer una novela que nos es ofrecida en su totalidad (y que ocupa un buen porcentaje del libro). Es en ese momento cuando la trama empieza a adquirir un tono más inquietante, y se empieza a generar la sensación de que quizá el autor quiera contarnos algo más de lo que parecía a simple vista. Y Miguel Córdoba no defrauda. Lo que comienza como un batiburrillo de escenas sin ton ni son termina como un puzle en el que todas las piezas encajan con inusitada precisión.
El autor logra con creces su objetivo. Ha escrito una novela que entretiene, sí, pero la forma en que se desenvuelven los acontecimientos que narra genera verdadera fascinación y, por encima de todo, aterroriza hasta la médula. Como lectora tiquismiquis que soy, he echado a veces en falta un lenguaje algo más cuidado y unos personajes más perfilados. No obstante, teniendo en cuenta que es una ópera prima, os recomiendo este Ciudad de heridas y yo, personalmente, estaré atenta a futuras entregas de este prometedor autor.