Año: 2015
Editorial: Autopublicado
Género: Novela corta
Valoración: Recomendable
Alejandro Capparelli es un viejo conocido de esta web. Por un lado, es el autor de la sensacional y más que recomendable web de apoyo a escritores independientes Edición indie de la que surgió el no menos interesante manual homónimo. No queda aquí la cosa, ya que también escribe ficción y, además de Robado (obra que tratamos hoy), en Libros Prohibidos ya hemos reseñado un relato suyo incluido en una antología.
Lautaro y Fernanda son dos personajes que no parecen tener nada en común, salvo tal vez el verse enfrentados a un momento de cambio. Lautaro es un chico criado bajo el ala sobreprotectora de su madre, y Fernanda es una profesora de instituto con problemas sentimentales. No obstante, uno y otra comparten un impío secreto guardado a lo largo de los años.
Sin lugar a dudas, el aspecto más destacable de esta novela corta es la estructura. Robado cuenta la vida de Lautaro y Fernanda alternando capítulos de una y el otro. Poco a poco, se va viendo que, quienes en principio son dos extraños, tienen cosas en común, lo que aporta especial valor, ya que entre ambas historias hay un desfase temporal de varios años. Pese a ello, hay una muy trabajada y meritoria sensación de fluidez natural, de continuidad sin saltos abruptos. Esto siempre juega a favor del lector, y es especialmente gratificante cuando empiezan a aparecer los puntos en común de una y otra subtrama.
El estilo elegido no deslumbra por su riqueza ni variedad de construcciones, pero es cierto que tampoco lo pretende (ni lo necesita). Capparelli encontró una forma de narrar y un tono sobrios para entregarse con decisión a los protagonistas y sus respectivas historias. En este sentido, creo que hay que agradecerle al autor la honestidad de no querer entretenerse, ni divagar, ni de poblar la obra de hechos intrascendentes, pues Robado tiene suficiente chicha como para ser un libro de 400 o 500 páginas. Dicho de otro modo, es justo lo contrario de una novela de Javier Marías o Paul Auster, por poner dos ejemplos extremos.
El principal problema que me ha surgido con Robado viene de la relación que hay entre el título y, paradojas literarias, una de las cosas que más me gustaron: el mensaje político. Porque esta obra esconde la denuncia a uno de los hechos más infames de la historia reciente de varios países de América Latina (y otros lugares no tan remotos); hechos que, de relatarlos, convertirían esta reseña en un spoiler de los buenos. Por este mismo motivo creo que que el mensaje político y el título del libro son del todo incompatibles, al menos para aquellas personas que tengan ciertos conocimientos de la historia actual en ciertos países. Y creo que ya estoy diciendo demasiado. Sin duda, un título muy poco acertado.
No obstante, lo positivo pesa (bastante) más y no puedo dejar de recomendar esta novela corta autopublicada que, por cierto, fue finalista del VIII Premio Bubok – Lengua de Trapo.