Año: 2015
Editorial: Autopublicado
Género: Novela corta/humor
Valoración: Pasable
Hace falta echarle valor para nombrar a tu libro Abuelos y nietos contra los extraterrestres, título que llama poderosamente la atención, lo que puede ser para bien, para mal, o ambas cosas al mismo tiempo. Pero, pensándolo bien, es una buena técnica para un libro que pretende descolocar al lector, llevándole por una serie de situaciones descabelladas. ¿Lo conseguirá? Más o menos.
Durante una excursión familiar al monte (con abuelos, bisabuela y bebé incluidos), un OVNI rapta a los padres (los hijos de los abuelos, o sea, los padres de los hijos) con un repentino haz de luz. Ni cortos ni perezosos, los demás miembros de la familia se lanzan en persecución del platillo volante, consiguiendo, de una forma más o menos coherente, dejar encajado el coche entre las patas de la nave y adentrándose en el universo infinito en búsqueda de sus parientes abducidos.
Decía que hace falta echarle valor para titular un libro así, ya que, independientemente de los gustos personales de cada uno, llama mucho. En mi caso debo reconocer que era escéptico sobre la calidad que podría encontrarme entre sus páginas. Por eso mismo, mi primera impresión fue de sorpresa: el libro divertía y entretenía. Está claro que Abuelos y nietos… no pretende ser una obra sesuda, ni mucho menos seria, por lo que me dejé llevar por una historia que (sin pararse demasiado en muchos detalles ni en alegrías técnicas o estéticas) avanzaba a un ritmo endiablado. Esto va a estar bien, me dije.
No tardó en llegar el primer problema. Tal y como suele ser bastante frecuente en los libros autopublicados, el principio funciona, fluye, va suave como la seda, pero al avanzar los capítulos se pierde frescura, aparecen repeticiones de todo tipo (de palabras, de construcciones de frases, de situaciones) y, en general, hay una incómoda sensación de desaceleración. La temática ligera de esta obra ayuda a continuar pese a todo, pero debo reconocer que el segundo y tercer tercio del libro me costaron bastante más que el primero.
Este parón se ve alimentado por la naturaleza del humor que utiliza el autor. Es un tipo de gracia más propio de cuentos infantiles, o de cine mudo: golpes y caídas, o slapstick, como lo llamarían en inglés (que tienen nombres para todo). Además, las bromas tienden a volverse repetitivas. Por ejemplo, la primera vez que ves a la abuela curtiéndole el lomo a base de alpargatazos a extraterrestres de una civilización muy superior a la nuestra resulta chocante y divertido. Pero a la tercera ya no es tan gracioso. Y a la quinta…
De modo que, una vez perdido el efecto sorpresa, esta novela se disuelve como las burbujas de la gaseosa. Inevitablemente, esto le resta valor a un libro que me parece atrevido (no sólo por el título), original y simpático, pero que, creo, podría estar todavía un poco más trabajado. Veremos qué nos trae este autor en el futuro, pero de momento sólo le recomendaría Abuelos y nietos contra los extraterrestres a eso mismo, a abuelos, a nietos y, por qué no, a algún extraterrestre.