Las tentaciones literarias pendientes de marzo de 2023

Seguir el ritmo de las novedades es casi imposible, ya no solo ir al día leyéndolas, es que hasta los lanzamientos pasan desapercibidos. Con la intención de hacer una limpieza entre lo que sale y lo que apuntamos en nuestra lista de los deseos, nace esta sección mensual.

Cada día estamos menos de acuerdo con la fiebre por tener cada título reciente, por solo hablar de los últimos lanzamientos y quemar el trabajo de años en cuatro semanas, pero obviar que salen grandes propuestas es imposible. Anotemos las referencias y vayamos mirando qué dicen otros de lo que nos llama la atención.

En esta sección se han tenido en cuenta únicamente las novedades que no han sido leídas. El resto, si no las hemos comentado, es que anda en el horno alguna línea sobre ellas, bien aquí, bien en nuestras redes.

Cuando ellas fueron dragones, de Kelly Branhill (edita Crossbooks)

Andrea de @lalibredrea hacía saltar la liebre el pasado diciembre y traía este título en su inglés original para hablar de él en su cuenta de Instagram.

Las mujeres llevan toda la vida transformándose en dragones, hecho tapado por la administración, pero tras una transformación masiva en la que miles de mujeres desaparecen a la vez, sale a la luz todo el pastel. Andrea decía “es una historia que nos habla del duelo, la pérdida, el abandono y el trauma. (…) Sobre el daño que causa el silencio, y sobre lo que sanan los lazos. (…) Diverso, inclusivo, tierno y también doloroso.”

Los libros de dragones son siempre bien recibidos y más cuando vienen con ganas de contar cosas nuevas.

Historia ilustrada de los fantasmas, de Adam Allsuch Boardman (edita Libros del zorro rojo)

Si algo hace esta editorial es cuidar lo que imprime. En esta ocasión vienen con una preciosidad ilustrada (si os gustó la Guía ilustrada de los ovnis, esta es del mismo autor) que recorre las apariciones fantasmales, intentando averiguar qué es lo que nos llama tanto la atención de ellos y a qué se debe nuestra fascinación.

El libro recorre el histórico a lo largo de los siglos que arranca con los espíritus babilónicos y que tiene carácter realista (o todo lo real que pueda considerarse este tema) y no literario. Una de esas delicias para los que nos gusta la ilustración y la historia.

 

La sociedad por la preservación de los Kaijus, de John Scalzi (edita Minotauro)

Vamos a arrancar las confesiones: Tengo este libro en La Pila desde que salió y todavía no le he podido hincar el diente. Pero es que veamos sus ingredientes: Scalzi, el señor con mejores fotos en twitter, ambienta una novela en la COVID-19 con dimensiones alternativas en las que viven animales que recuerdan a los dinosaurios. Una mezcla así en otras manos sería contenido peligroso y susceptible de haberse escrito borracho de poder, pero viniendo de Scalzi la calidad adecuada está garantizada y es suficientemente marciano como para que se haya convertido en uno de mis imprescindibles pendientes.

Los kaiju en cuestión, además, son enormes pandas que han logrado venir a nuestra dimensión y que amenazan con liarla pardísima atacando a todo el mundo. La mera posibilidad de que exista un panda violento merece ser leída.

El dios de los finales, de Jacqueline Holland (edita Letras de Plata)

El concepto de la inmortalidad me ha parecido siempre un castigo. Más allá del no poder establecer lazos estrechos, es como dar clase al mismo curso eternamente; ver una y otra vez cómo personas sin experiencia cometen los mismos errores y no poder hacer demasiado para impedirlo.

Algo así le debe suceder a Collette LeSange, protagonista de esta historia y víctima de una maniobra de su abuelo para ser inmortal como él (abuelos que nos leen, no hagáis regalos así. Una chocolatina siempre triunfa). Ambientada en 1984, la novela mezcla la relación de esta maestra de bellas artes con un alumno especialmente dotado, su propia maldición y la sed de sangre de la protagonista. Reconozco que me pueden las ganas de ver si Collette se encarga de agradecer a su abuelo semejante regalito.

Trilogía Everlost, de Neil Shusterman (edita Nocturna)

Si eres como yo, con saber que es de Shusterman tendrás suficiente. Si además eres fan de Pilar Ramírez Tello te comunico que esta trilogía del autor no viene traducida por ella, sino por Adolfo Muñoz, le daremos una cariñosa oportunidad mientras lamentamos haber perdido a Pilar esta vez. Nocturna lanzó los tres volúmenes, con apenas días de diferencia entre ellos, donde Shusterman nos habla de una especia de limbo para las almas, llamado everlost, en el que quedan encerrados los espíritus de dos adolescentes tras un accidente de tráfico. Hay monstruos, lugares misteriosos y la posibilidad de que el alma se transforme en algo distinto. De la mano de este autor, cualquier propuesta alrededor de la muerte es bienvenida. Deciros que tengo los tres ejemplares en casa y no son demasiado largos, así que a poco que os tiente, esta es una gran manera de pasar unos cuantos días.

Una jaula de hilos dorados, de Vanessa R. Migliore (edita Puck)

La segunda parte de La ciudad de la muerte se ha hecho esperar, pero ya está aquí y esta semana empezaré con ella (tras acabar la relectura del anterior). Vanessa R. Migliore descargaba un inicio de bilogía, con una estructura rara, en una novela coral donde espíritus malignos amenazan a una ciudad en la que algunos seleccionados tienen el poder de controlar las sombras.

La historia es entretenida y para quienes sean seguidores del Dark Academy resulta un caramelito, pero si además te gusta ver cómo están construidas las novelas el primero es un título imprescindible: arranque brillante, desarrollo curioso, giro inesperado para ser una bilogía y la seguridad de que si la autora quisiera, podría haber alargado la historia muchísimo más. Va al grano y quema trama a una velocidad de agradecer.

Espero que esta segunda parte sea la guinda que me pide el cuerpo para un ejercicio notable en una escritora joven y con una prometedora carrera por delante (nos es que la piropee, es que se me ponen los dientes largos con lo que nos espera de alguien así).

Escamas de luz, de Benjanun Sriduangkaew (edita Duermevela)

Duermevela hace una encomiable labor por traer a autores de otros lugares; son especialistas en publicar nombres frescos y fuera del canon, ya solo por el trabajo que hacen de educarme, les suelo brindar toda mi confianza. Marcheto ya nos había acercado a esta autora con Puente silencioso, cascada Pálida, relato que podemos encontrar en la tercera antología de Cuentos para Algernon.

Escamas de luz recoge una novela corta y tres relatos con base mitológica y ambientados en el mismo mundo. Cuenta con cubierta de Marina Vidal y narra la historia de amor y de desamor entre una arquera y la Diosa Luna y del desgaste provocado por -ay, si es que yo tenía razón- la inmortalidad. Que la parte mortal de las historias esté ambientada en Hong Kong y la posibilidad de leer a una autora tailandesa pendiente de fichar es todo lo que necesitaba para acabar de convencerme.

Walkaway, de Cory Doctorow (edita Capitan Swing)

Con la tarea pendiente todavía de hablaros de Radicalizado, Capitan Swing vuelve con el canadiense, esta vez, con Walkaway, un thriller que mezcla el cambio climático, la lucha de clases y la batalla por la inmortalidad (quizás nos tenemos que hacer ver esa obsesión por no doblar la servilleta).

La novela presenta una distopía futurista beligerante y caótica donde la alternativa para vivir decentemente si no eres rico es alejarte del entorno capitalista y urbano. Si bien las distopías poco posibles (o muy extremas) me llaman menos, aquellas que plantean un mundo verosímil me atraen completamente (recomendación: Sed, de Neal Shusterman, editada por Nocturna). Tal y como van las cosas, nuestra huella hídrica y energética y el clima estos últimos años, no veo tan imposible que, si no yo de anciana sí los hijos de mis amigos, se encuentren con algo parecido. ¿Que dirá la Maritxu de 2070 sobre el envejecimiento de esta obra?

Monje y Robot, de Becky Chambers (edita Crononauta)

Si bien los catalanes ya pudimos leerla hace algunos meses y en dos partes (como se publicó en origen) y editada por Mai més, este mes ha llegado la bilogía hopepunk de Becky Chambers. Y si bien yo la leí en catalán, tengo ganas de echarle un ojo a la traducción en castellano de Carla Bataller que ya tengo en casa y que hojearé las próximas semanas.

Y es que esta obra es un jodido abrazo. Escrita durante la pandemia, lo que Becky Chambers viene a hacer es decirnos que todavía estamos a tiempo de no arruinarlo todo y a mostrarnos un futuro mejor mediante la historia de amor más bonita que he leído últimamente y, que no es otra, que la de un monje del té y un robot explorador. Es tierna, respetuosa, tranquila y todo lo que necesitas un día que la tila no sea suficiente.

Vencer al dragón, de Barbara Hambly (edita DeBolsillo)

¡Ding, dong la especulación ha muerto! o por lo menos la que concierne a esta obra. Si habías oído hablar de ella pero no estabas dispuesta a pagar 80 euros en el mercado de segunda mano, estás de suerte. Misma traducción y al parecer sin revisar, pero por fin podemos cerrar el mes con este título a nuestro recaudo. Ahora toca leerlo, valorar y ver si esos meses buscando en Wallapop con deseos de pillar un ejemplar a un precio razonable han valido la pena.

Una historia con olor a fantasía tradicional y dragones que amenazan a los humanos y gnomos. Es tanto lo que he oído hablar de ella, que han conseguido despertar mi deseo sin necesidad de buscar demasiado. ¿Acabará siendo la decepción del mes?

 

Estos  no son todos los títulos que salieron en marzo, solo los que me llamaron la atención y la mantuve tras leer opiniones y reseñas. ¿Hay algún libro del que no haya hablado y te parezca un descuido imperdonable? Cuéntanos.

Nota: Pese a haber salido en marzo e interesarme, Light Chaser (Peter F. Hamilton y Gareth L. Powell, editado por Red Key) no sale en la lista puesto que ya ha sido leído y, posiblemente, hablemos en breve de él.