Lola Robles: El informe Monteverde

Año: 2005
Editorial: Equipo Sirius / Crononauta (2018)
Género:
 Ficción especulativa (Ciencia ficción)

Un ensayo de antropología estelar

La editorial Crononauta se merece que le hagamos un hueco aquí. Se trata de una asociación sevillana sin ánimo de lucro que busca reivindicar la literatura de género con perspectiva de género. Esto es, vienen sumar a la nueva oleada de publicaciones que trata de desmarcarse de los puntos de vista clásicos dentro del fantástico y que hasta hace prácticamente nada parecían inamovibles. De momento han traducido Binti, de Nnedi Okorafor, y ahora reeditan una versión ampliada de El informe Monteverde, de Lola Robles, libro del que os voy a hablar hoy.  Habrá que seguir atentos a este proyecto y a sus novedades.

La poderosa Sociedad para el Estudio de las Lenguas Interestelares encomienda a Rachel Monteverde la investigación sobre el remoto planeta de Aanuk. Allí habitan dos especies que apenas se relacionan entre sí: los aanukiens, nómadas y alegres, y los misteriosos fihdia, cuya ceguera congénita y vida en las cavernas los aísla de sus compañeros de mundo y, a su vez, del resto de especies de la galaxia.
Fragmentos del informe se intercalan aquí con entrevistas y el cuaderno personal de la doctora, cuyas impresiones sobre el planeta, junto a la dificultad al traducir lenguajes y costumbres de estos pueblos, no solamente terminan por transformarla a ella, sino que suponen un ejercicio de exploración en la esencia de los vínculos humanos.

Pues sí, en la ficha de descripción del libro —esa cosa con negritas del principio que cambiamos de vez en cuando— pongo que el género es «ficción especulativa» porque no se termina de saber qué tipo de libro es. Definitivamente descartado el llamarlo «novela», habría que optar más por algo así como «ensayo ficticio». Lola Robles hace un trabajo con el que muchos hemos soñado: imaginar cómo sería la tesis de una lingüista que va a estudiar las peculiaridades de los habitantes del planeta Aanuk, una raza que sigue siendo humana pero que está alejada de nosotros en el espacio y el tiempo.

Pese a tratarse de un libro de ciencia ficción, el interés de El informe Monteverde nace en la fantasía, en las peculiaridades que la protagonista encuentra en esa cultura hermana perdida en las estrellas. Lola Robles juega con eso y estimula la imaginación del lector hasta transportarle a escenarios como solo obras como Los viajes de Gulliver son capaces de transportar. Porque en este título el lector se va a encontrar con una sociedad utópica, tal vez menos avanzada tecnológicamente, pero más desarrollada en el plano vital. La autora recupera aquí el tema del buen salvaje, o lo que podríamos considerar como el buen alienígena.

El informe Monteverde. Bosque. Libros Prohibidos

No quiero dejar de mencionar aquí la importancia que en este libro tiene la anarquía en su estado más puro: no entendida como sinónimo de caos —forma bastante común y errónea de definirla—, sino como sinónimo de orden, de paz, de respeto y de estabilidad. Esto se presenta como contraposición a la civilización que tiene lugar en los mundos humanos, en principio, más avanzados.

Hay crítica a nuestro tiempo, a nuestra sociedad y, en general, a nuestro etnocentrismo en El informe Monteverde, por supuesto. Sin embargo, la representación de la sociedad nómada aanukien, feliz y despreocupada, casi ideal, no es completa y no se termina de comprender hasta que la protagonista no entra en contacto con los fihdia, los otros habitantes del planeta. Los fihdia, como civilización, son totalmente opuestos a los aanukiens. Y cuando digo totalmente, me refiero a detalles como que los segundos tienen infinidad de nombres para los colores y los primeros son ciegos.

he leído que en su idioma hay una expresión, saatimeiva, que podría traducirse como «borrachera de color» y tiene su origen en el bosque. La mayoría de los árboles que hay son de hojas caducas. En otoño empiezan a caer por millares. No cambian de color tras la caída: continúan siendo púrpuras, rojas, anaranjadas. De pronto, te ves sumergido en una inundación de tal exuberancia cromática (hay hojas sobre tu cabeza, cubriendo el suelo o balanceándose en el aire) que la vista sufre una especie de trastorno, de perturbación tan intensa como la que causa el alcohol.

Cada pueblo tiene su propia forma de comprender el mundo, y son prácticamente opuestos, mostrando que no todo es tan idílico como parecía en un principio, y a su vez conformando un efecto de yin yang que termina de dar profundidad a todo el conjunto. Lo hace todavía más real. Esta especie de enfrentamiento entre los vecinos del planeta Aanuk, en realidad da paz al lector, le da perspectiva, le recarga las pilas. Y esta es una cualidad que no se encuentra tan fácilmente en la ciencia ficción actual.

Reeditado, ampliado e ilustrado

Creo que El informe Monteverde es tan interesante, delicioso y disfrutable que prefiero no hablar mucho más de él y dejar que sean los lectores quienes se zambullan en la historia. Solo apuntar que en esta reedición de Crononauta hay más texto que en la versión original de 2005 y que además el interior está ilustrado por Marina Vidal, quien es también la autora de la portada.

Ahora sí, os dejo libres. Leed El informe Monteverde. Y sed felices.

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Foto: Michael Liao. Unsplash