Manuel Visglerio Romero: El asesinato de la Casa de los Libros

Título completo: El asesinato de la Casa de los Libros y otros matariles
Año:
2016
Editorial: Triskel Ediciones
Género: Novela negra
Valoración: Está bien

El verano es una época propicia para la lectura. Las vacaciones estivales se prestan a ello y El asesinato de la Casa de los Libros, obra que presentamos hoy, es perfecto para estas fechas.

El inspector Mario Vargas Llosa, cuyo nombre debe compartir con el famoso escritor, recibe el encargo de resolver la muerte del gerente de una reconocida librería sevillana. A partir de intrincadas pistas relacionadas con la literatura, el inspector intentará resolver un caso plagado de nuevos crímenes, personajes pintorescos y situaciones hilarantes y disparatadas.

El asesinato de la Casa de los Libros comienza, como no podía ser de otra forma, con un crimen. El gerente de una conocida librería sevillana es asesinado en el propio local y la investigación llevada a cabo por los hombres del comisario Abel Matutes parece enquistada.

Las puertas de la comisaría de policía de la Gavidia son un hervidero de periodistas, ansiosos por conocer todos los detalles del suceso que ha hecho saltar en mil pedazos la calma de una ciudad poco dada a este tipo de sobresaltos. El efecto llamada de los medios no se produce porque sí, sino por el hecho de que el finado comparte nombre y apellido con un inquilino habitual del papel cuché: Cayetano Rivera.

Pese a no tener nada que ver con el torero, ese hecho sirve para que la situación se desborde hasta el punto de que el comisario se vea obligado a interrumpir las vacaciones de su mejor hombre, llamado a filas para intentar resolver el entuerto. Mario Vargas Llosa acepta el reto y pone en marcha todo su ingenio y capacidades detectivescas para descubrir a los culpables del crimen.

Resuelto el misterio, los problemas no hacen más que empezar para el inspector Vargas y compañía, envueltos en un caso mucho más complejo de lo que parece en un principio, asesino en serie incluido.

El asesinato de la Casa de los Libros es la primera novela del palaciego Manuel Visglerio Romero. Una obra con la que el autor se enfrenta al género negro, dotándolo de algunas características que le dan un punto de originalidad que se agradece en este tipo de libros.

Lo primero que llama la atención al comenzar la lectura es la originalidad de los nombres de los personajes, muchos de ellos tocayos de famosos. A los ya citados Mario Vargas Llosa, Abel Matutes y Cayetano Rivera hay que sumarles muchos otros como Manuel (Manolo) Escobar, José Feliciano, Francisco (Curro) Romero, Víctor Franco (Frankenstein), Manuela Carrasco, Concha Piquer, Eleuterio Sánchez, Francisco (Paco) Camino, José Luis Perales, Luis Aguilera (Aguilé), Paco Clavel, Rocío Jurado…

Más allá de sus curiosos nombres, los personajes apenas están perfilados, excepto el protagonista, del que no solo conocemos su aspecto (cubanita blanca de algodón bordado, pantalón de lino, sandalias de franciscano, gafas de sol Ray Ban Wayfarer) y sus problemas de audición (es casi sordo del oído izquierdo), sino también otros datos que explican su forma de proceder y la peculiaridad de los métodos que emplea durante la investigación (es un hombre culto, lector, bebe Bitter Kas y le encantan los boleros). Un aspecto mejorable el de la profundidad de los personajes que, no obstante, no afecta demasiado al desarrollo de la acción.

Visglerio sitúa los hechos en la ciudad de Sevilla, con presencia también del pueblo de origen del autor, Los Palacios y Villafranca. Los escenarios en los que transcurre la novela van desde una conocida librería del centro de la capital hispalense hasta un hotel, pasando por la ya desaparecida comisaría de policía de La Gavidia o, cómo no, un bar.

No estamos ante una trama compleja, ni mucho menos. Tal vez al lector habitual de novela negra le pueda parecer demasiado simple el planteamiento del autor, pero lo cierto es que la lectura es fluida, el desarrollo de la trama es ágil y logra mantener el interés introduciendo pequeños giros que mantienen alerta en todo momento. Estamos ante una lectura ligera y agradable.

El sentido del humor del que hace gala el autor es otro de los puntos fuertes de El asesinato de la Casa de los Libros. Una fina ironía que impregna toda la obra (arma del crimen incluida), pese a los sucesos macabros que se desarrollan en sus páginas.

Hay autores noveles que pecan de ambiciosos con una primera obra enrevesada y demasiado pretenciosa. Es de agradecer, por tanto, que Visglerio se haya ceñido a una historia sin artificios, limitándose a invitarnos a la investigación de un asesinato por parte del inspector Mario Vargas Llosa y desarrollando de forma correcta una buena idea. Una lectura perfecta para acompañarnos a nuestro destino de vacaciones.