«Una tecnología que merezca ser incluida en la ciencia ficción debe modificar las pautas de comportamiento».
La fase final de los Premios Guillermo de Baskerville 2017 sigue su ritmo imparable. Hoy conoceremos un poco más a Carlos Pérez Casas, autor de la novela autopublicada El alguacil.
Carlos Pérez Casas nació en Zaragoza en 1989, hijo de un padre obsesionado con traer libros a casa y una madre que lo empujaba a estudiar. Entre Zaragoza y Dublín cursó la Licenciatura de Historia, jugueteó con la Física y la Política, y después decidió ser maestro, a lo que se dedica profesionalmente hoy en día.
Lo de escribir me viene de hartazgo, pues en la carrera me hicieron redactar ensayos y exámenes hasta que superé las asignaturas.
Nos cuenta que en la universidad, entre libro y libro (más las novelas que leía por vicio), también jugaba al rol; como jugador primero, y como constructor de historias, después; y que ahí fue cuando le picó el gusanillo de escribir algo con sentido y una estructura definida. Como no podía ser de otro modo, sacó sus manuales de Historia en busca de inspiración.
Optó por extrapolar situaciones, lo que le hizo lanzarse a por la ciencia ficción con El Señor es mi pastor y su precuela El Cirujano (que será publicada en los próximos meses) para especular sobre el anarcocapitalismo o Estado-Mercado.
Pese a que reconoce que el relato es algo que de momento no le ha despertado una verdadera pasión, fue elegido para participar en la antología de relatos Mundos fantásticos con el texto «La ballena», inspirado en la historia de Jonás. Y actualmente se encuentra escribiendo Lágrimas de fuego, fantasía que toma influencias de la llama olímpica.
Es esta mezcla de historia, sociedad y tecnología, junto con las posibilidades que ofrece, lo que anima a Carlos Pérez Casas a investigar, siempre ávido de nuevos conocimientos y avances científicos. Es por ello que hace tiempo se embarcó en la publicación de una serie de artículos, Ciencia con ficción, en los que reflexiona sobre cómo otros escritores del género utilizan y pueden utilizar diferentes tecnologías o fenómenos astronómicos en sus novelas.
Lo que haga falta para enriquecer el género de la ciencia ficción en castellano, que siempre parece necesitar un empujón. A ver cuándo despega de una vez.
Podéis encontrarlo en Twitter y su página web personal.