Título original: The Shattered Crown (Steelhaven II)
Idioma original: Inglés
Año: 2014
Editorial: Umbriel
Género: Novela / Fantasía
Valoración: Pasable
Algo más de dos meses después de haber reseñado El heraldo de la tormenta, hoy por fin traigo la continuación de esta saga: La corona rota. (Para los que aún no se hayan leído la primera parte: advierto que esta reseña contiene algún ***SPOILER***)
Una vez que el ejército de los Estados Libres ha sido derrotado por los invasores khurtas y el rey ha muerto, la joven heredera tendrá que hacer frente a las múltiples dificultades que se le presentan para salvar Steelhaven de su destrucción. Mientras, los habitantes de la ciudad se preparan para la gran batalla.
Muchas ganas tenía de echarle el guante a esta segunda parte, tomo que he devorado en cuestión de días pese a su volumen. Sin embargo, no puedo decir que lo haya disfrutado del mismo modo que el anterior. El formato de libro es el mismo, los personajes y las tramas también, pero hay algo que lo hace distinto y, en mi opinión, bastante peor. Creo que esa diferencia está en que a La corona rota se le ha dedicado menos tiempo que a su antecesor. La escritura fresca, divertida, rebosante de recursos y de humor de la primera parte, ha quedado relegada a una versión bastante más pobre (y no creo que esto sólo sea debido al cambio de traductor). Veo prisas por parte de autor y editores, lo que nunca es buena señal.
Los personajes principales también pierden frescura. Sus conflictos se quedan cortos y superficiales en comparación con El heraldo de la tormenta y, además, sus monólogos interiores se vuelven repetitivos y demasiado similares entre sí, como si todos ellos compartieran una misma voz de la conciencia. Pero esto no es lo más grave, sino que, una vez alcanzado el ecuador de la novela, el lector ya intuye que, por inverosímil que resulte, la vida de ninguno de los protagonistas corre serio peligro. Esto es un error de bulto, sobre todo teniendo en cuenta las situaciones límite en las que todos ellos se ven envueltos. Y cuando un relato se vuelve previsible…
En resumen, La corona rota es una segunda parte a remolque de la predecesora que, en mi opinión, empobrece el global de la trilogía, y que si no se lleva peor valoración es debido al interés suscitado por el desenlace en el tercer y último libro. Paradójicamente, esto hace que las ganas de completar la saga (y las de asesinar) aumenten. ¡Maldita mercadotecnia de los coj!