Idioma original: Inglés
Año: 2011
Editorial: Akashic
Género: Infantil / Humor
Valoración: Muy recomendable (para esas familias donde el pequeño bastardo de la casa no deja dormir a nadie)
Título original: Go the fuck to sleep
Llevaba ya un tiempo queriendo escribir sobre este libro que tanto me llamó la atención cuando vivía en Australia y supe de su existencia. Ciertamente, Go the fuck to sleep, no es el tipo de libros que suelo leer (al menos de momento), y mucho menos reseñar. Sin embargo, este pequeño poemario, maravillosamente ilustrado por Ricardo Cortés, tiene un par de elementos que gustan enormemente por estos lares. El primero es que resulta casi obligatorio que una idea tan genial sea destacada del resto. Y el segundo y no menos importante, es que debido a su, digamos, extraña naturaleza, este librito ha sido estigmatizado en varios países desde su publicación, levantando una fuerte controversia, y dificultando su traducción y distribución.
But what the fuck is going on, then?
Empecemos por el principio. Go the fuck to sleep se publicó como un librito de pequeños poemas, delicadamente ilustrado (como ya comentamos), que cuenta una bonita historia. Pretende atraer la atención del niño, ayudándole así a conciliar el sueño. Hasta ahí todo bien: libros de esta naturaleza abundan en la sección infantil de cualquier librería del planeta, y al parecer ser venden como churros en una verbena. Sin embargo, aquí nos encontramos una peculiaridad: el tono con el que está escrito hace incapié en la necesidad de descansar de los pobres padres. Para remarcar esta sensación de desesperación de la que más de un progenitor que esté leyéndonos podrá dar fe, Adam Mansbach utiliza un lenguaje más apropiado de un guión de Tarantino.
“The cats nestle close to their kittens now.
The lambs have laid down with the sheep.
You’re cozy and warm in your bed, my dear.
Please, go the fuck to sleep”.
(Los gatos se acurrucan junto a sus gatitos / Los corderos se han echado junto a la oveja / Tú estás cómodo y calentito en tu cama, cariño. / Por favor, duérmete de una puta vez).
Y ésto no es más que el principio, ya que página tras página, el discurso se va haciendo más y más cáustico, más y más divertido. Tanto el éxito como la polémica a la que va unida de la mano, estaban garantizados. Efectivamente, mientras las ediciones se iban agotando sistemáticamente, las primeras asociaciones de padres cristianos escandalizados, y esos columnistas ávidos de algo que criticar categóricamente, comenzaron a poner el grito en el cielo. Incluso en Nueva Zelanda se trató de frenar su comercialización alegando que era peligroso “para padres con serios problemas mentales” (a lo que yo me pregunto que cuándo no es peligroso un padre con serios problemas mentales). Tal vez esto, unido a los problemas de que pierda la esencia con una mala traducción, ha hecho que Go the fuck to sleep, aún no se pueda encontrar en español.
Desde Libros Prohibidos no podemos dejar de recomendar esta joyita, siempre y cuando se tome como lo que realmente es: un libro de niños para adultos.