Año: 2015
Editorial: Umbriel
Género: Novela negra
Valoración: Recomendable
Antonio Manzanera es un escritor murciano especializado en novela negra de espías. Sus tramas se sitúan en el siglo XX, sobre todo durante la Guerra Fría, como La tercera versión, pero también se atreve con otros escenarios como ocurre con Nuestra parte del trato, su última criatura.
Corre el verano de 1938 y la crudeza de la Guerra Civil española está en su auge. Buscando acelerar el desenlace del conflicto, el bando nacional logra infiltrar a un agente en Barcelona con el objetivo de atentar contra el presidente de la República, Juan Negrín. Este espía se percatará muy pronto de que no todo es como se lo pintaron y que hay más variables en la ecuación cuando, casi por casualidad, descubre la existencia de otro infiltrado que envía información usando una valiosísima herramienta de cifrado.
Muchas veces me pregunto qué necesita un libro para que su lectura resulte satisfactoria, independientemente del género. Creo que existen muchos factores y que el grado de placer siempre va a depender del lector (o del momento vital en el que este lea la obra). Tengo bastante claro que los factores básicos deben ser que despierte interés y que la información sea verosimil (y luego vendría que la historia fuera estimulante, que la calidad de la escritura destacase, que fuera capaz de despertar sentimientos, etc.). En fin, que me pierdo, que este libro cumple a la perfección con los requisitos mínimos.
Nuestra parte del trato despierta interés y ya no sólo porque los espías molen o porque la Guerra Civil dé mucho juego (que se lo pregunten al cine español), sino porque la trama está magníficamente construida, el ritmo no decae en ningún momento y la información va llegando en su justo momento sin tener que recurrir a cliffhangers ni cosas por el estilo.
Es verosímil porque, siendo ficción, lo acaecido en sus páginas bien podría ser lo que en realidad ocurrió. No hay situaciones forzadas ni capítulos difíciles de creer, bueno, a lo mejor el protagonista, el agente Urquiza, resulte demasiado inteligente, no ya para el bando nacional (que también), sino para un ser humano. Esto último es ponerse muy tiquismiquis, ya que se agradece enormemente encontrar personajes tan listos, tan llenos de secretos y tan capaces de llevar las riendas de la situación ante las situaciones más complicadas. Y lo mejor es que el protagonista no es el único del estilo que podemos encontrar en esta novela.
Un aspecto positivo muy a tener en cuenta es el complicado, a la par que recomendable, posicionamiento político neutral del autor. Es difícil siendo español y tratando un tema que escuece tanto en este país como la Guerra Civil, inevitablemente tendente a ser politizado. Nuestra parte del trato no cae en la tentadora idea de ensalzar un bando en concreto, sino que reparte objecciones por igual, siempre dentro de una aséptica lejanía. Punto a favor de Manzanera.
Ahora un aspecto negativo: la ambientación podría estar más lograda. Ya sé que el autor se ha preocupado por mantener el nombre que tenían las calles durante la guerra (cosa que cambió bastante en pocos años), y que hace breves descripciones de edificios bombardeados, vestimenta de los ciudadanos, coches o lugares públicos. También sé que el estilo del libro no es descriptivo, pero se echa en falta conocer mejor cómo es el aire que se respira en la ciudad en un momento tan interesante e irrepetible. ¿Es mucho pedir? Puede que sí, pero creo que todavía podemos esperar más de este recomendable autor.