«Esto es Perdidos, pero bien hecho»
El viernes llovía mucho en Madrid. Como toda la semana anterior, vaya: lluvia y tiempo desapacible, de esos que te impiden estar en la calle. Así que, cuando me enteré de que la editorial Cerbero organizaba un acto (una fusión entre charla y presentación de novedades), supe de forma inmediata cuál era el plan para la tarde. Capté a un amigo y a las siete nos dirigimos al Beer Station, una cervecería de intercambio de idiomas más bonita que todo. Allí se desarrolló el encuentro en el que se habló de literatura 3.0 («porque el 2.0 ya está un poco pasado, que Internet lleva ya muchos años», como comentaba el editor, Israel Alonso) y se presentaron las tres novedades de marzo y el proyecto de Cerbero Series. ¿Qué es todo esto?, diréis. Pues tranquilidad, que os lo explico más abajo.
Brevemente, porque supongo que quienes leáis esto ya conoceréis la editorial: Cerbero es un sello cuyas publicaciones se encuadran en el amplio paraguas de la literatura de género (ciencia ficción, terror y fantasía), conocido sobre todo por sus bolsilibros (o como yo prefiero llamarlos, “monadinas”) y por la renovación que supone en el panorama nacional. Una de sus primeras publicaciones obtuvo el premio Guillermo de Baskerville de novela corta esta última convocatoria. Bien, dicho esto, comenzamos a desarrollar (y perdonadme la falta de fotografías del evento, pero de momento no tenemos más que un móvil chatarrero para este tipo de cosas).
El transmedia, herramienta para la creación literaria
Los ponentes de esta mesa redonda tan dicharachera fueron Israel Alonso (el ya mencionado editor), Javier Castañeda de la Torre, Nieves Mories, Lola Robles, Miguel Santander, Alicia Pérez Gil y Juan Alberto Hernández (quien ilustra muchas cosas muy bien y ADEMÁS realizó una flamante ilustración que se sorteó al final de la charla y que no me tocó por un número, porque soy una persona desafortunada). Se empezó presentando las tres novedades de marzo: Gamusinos (Raquel Froilán), One Love (María Angulo) y Voces remotas en Albión (Víctor Conde). Qué deciros, pues cosas raras e interesantes, como es habitual en este sello. También nos mostraron su nuevo libro a tamaño grande, Blitzkrieg! (Roberto Bartual), que tiene una portada chulísima y que definen como «ucronía lisérgica»: pinta de muerte.
Continuaron hablando de literatura 3.0, es decir, de la literatura en su vinculación con el transmedia, o lo que es lo mismo, de las relaciones que se producen entre los distintos lenguajes de creación. Alicia Pérez Gil apuntó aquí una cosa que me resultó muy interesante: la literatura, en tanto que creación y lenguaje, tiene un carácter sumamente permeable y cada vez más. Quien escribe lo hace a raíz de aquello que ve, y la creciente complejidad de emisiones a las que estamos expuestos supone un constante aumento de las conexiones entre lenguajes y creaciones de diferentes ámbitos. El autor es la suma de imaginarios, y en este mundo hiperconectado, los imaginarios están cada vez más enriquecidos, lo que puede resultar muy interesante para la creación literaria. La complejidad en la recepción lleva de forma inevitable a nuevas posibilidades en la creación.
A este respecto los autores comenzaron a hablar de las obras que habían iniciado todo este trasvase constante entre medios, poniendo dos ejemplos fundamentales como Matrix y Perdidos. Después de perderme un trocito de la presentación para evitar que me spoileasen esta serie (que ya sé que tiene su tiempo, pero una se lo toma con calma), la conversación derivó en un complejo de referencias bien traídas. Que si El proyecto de la bruja de Blair, que si Slenderman (con unas declaraciones un tanto… peculiares, digamos, por parte de Alicia Pérez Gil); se apuntó que lo que se comprende como literatura 3.0, o transmedia, es una suerte de relación y retroalimentación entre los distintos lenguajes de todo corte. En estos casos se produce una relación extraña no solo entre distintos lenguajes sino también, en algunas ocasiones, entre realidad y ficción.
El ejemplo de Perdidos, claro, es uno de los más evidentes, pues, por lo que contaron, no se podía comprender del todo la trama sin acudir al contenido extra, los webisodios y todo aquello que podía encontrarse en internet. Esto, como también apuntaron, puede ser muy positivo, porque enriquece la creación literaria, produce interacción con el público y demás; pero también muy negativo, porque le da una fecha de caducidad innecesaria a una cierta obra. Por otro lado, y como se señaló desde el público, muchas veces estas uniones de lenguajes se llevan a cabo como si de fanfiction se tratase, desvinculados de la autoría original por más que esta acuda a ellas en ciertas ocasiones (como fue el caso de J. J. Abrams en la serie de Perdidos).
Lo de Cerbero Series
Vale, sí, estaréis pensando, todo esto es muy bonito, tiene reflexiones interesantes, ¿pero a qué se debe este súbito interés por el transmedia? ¿Qué tiene que ver con la producción de Cerbero hasta el momento? Pues a lo mejor no demasiado, pero sí tiene que ver con este proyecto que ya os he mencionado: las series. El viernes nos presentaron, ¡en primicia!, la nueva apuesta de la editorial. Ya lo han explicado en su twitter, pero la idea es la publicación de una serie. Sí, de una serie, como leéis. Una serie de la televisión en libros; más concretamente, la primera de ellas es una serie llamada Sierra Norte que tendrá tres temporadas de nueve episodios cada uno. Cada capítulo es un tomo, más pequeño que los bolsilibros (y más mono todavía), de publicación mensual, y escrito por distintos autores. El primer episodio, titulado Cuerpos, lo han coescrito Cristina Jurado y Alicia Pérez Gil. A mí ya con esto me ganaron, qué queréis que os diga.
Se trata no ya de crear una novela por entregas ni un guion, sino de recrear el lenguaje televisivo y adaptarlo al formato literario. De este modo, se adapta la serie al papel, buscando que la experiencia narrativa sea similar a la experiencia visual de una serie. Como proyecto, es sumamente interesante. Además, Israel Alonso nos juró y perjuró que esto sí tendrá una explicación científica (compleja y quizás incomprensible a la primera, pero científica), que se acabará en los veintisiete capítulos ya fijados, que habrá contenido extra pero que la serie podrá leerse y comprenderse de forma independiente… en suma: «Esto es Perdidos, pero bien hecho» (gracias desde aquí por darme el título para el artículo). También dijo que si luego resultaba que había mentido y salía, por ejemplo, una nueva temporada, podíamos pegarle una paliza, pero yo no os he dicho nada. En suma, esto de las Cerbero Series me parece un proyecto interesante. Puede salir muy bien o muy mal, pero con el trabajo de la editorial en mente, creo que la balanza se inclinará por el plato positivo. Por mi parte ya tengo esperando el primer episodio, al que le daré una intentona pese a mi incapacidad con las series.
Y ese fue el final de una muy agradable charla, entre risas y mucha complicidad (y cerveza, cerveza también). Los proyectos presentados van de lo peculiar a lo muy interesante, y los comentarios en torno al transmedia tampoco se quedaron atrás. A ver cómo se desarrollan los acontecimientos.