Obra finalista de los Premios Guillermo de Baskerville 2017
Año: 2016
Editorial: Sportula
Género: Fantasía
Valoración: Está bien
Van pasando los años, los libros y las críticas, y cuando ya pienso que mis capacidades de asombro y de frustración con una obra ya son agua pasada, llega esta Sopa de elegidos y me recuerda que todavía me queda espacio para más.
Fusa Goretti es una joven habitante de Hemisferio, país que acaba de ser derrotado y humillado en una guerra contra los orcos. Ante las muchas necesidades en las que se ve envuelto el país, y abrumada por la asfixiante burocracia, Fusa necesita conseguir una beca para poder estudiar Alquimia, su gran ilusión. Sin embargo, el asesinato de su jefe desencadenará una serie de acontecimientos que la pondrán tras la pista de una conspiración que busca el fin del mundo.
Sopa de elegidos es el libro de fantasía más atípico que he tenido la oportunidad de leer, más todavía que Crónica del rey cautivo. No es un libro de aventuras pero tiene acción, es de fantasía pero apenas si tiene magia, rehuye de la épica pero incluye el viaje del héroe… Bueno, más que héroe, tiene una heroína, Fusa Goretti, personaje que no podría estar más alejado de lo que se espera de la protagonista de un libro de este género. Pragmática, sarcástica, totalmente incapacitada para la acción (no digamos para realizar algún hechizo) y con cierta tendencia a encontrar el lado negativo de las múltiples putadas que le ocurren, nos encontramos con un personaje realista, más propio de nuestro día a día, y que, rodeada de un mundo atrasado y constreñido por un sinfín de regulaciones ridículas, da lugar a una buena colección de situaciones cómicas. Y si por si acaso no bastara con la desafortunada pretendiente de alquimista, Sopa de elegidos cuenta con la inestimable presencia de Knork el impredecible, un veterano de guerra semiorco con la portentosa habilidad de decir la cosa más inapropiada posible en cada momento. Fusa y Knork funcionan juntos y por separado, consiguiendo, como quien no quiere la cosa, situaciones descacharrantes.
Solo con lo expuesto en el párrafo anterior, yo ya tendría suficiente como para valorar esta obra con un Recomendable (y tan a gusto, oiga). Si a eso le sumamos que se trata de una ópera prima, que es un autor español, y que es una obra de fantasía (rara, pero fantasía), podríamos estar hablando de una nota más seria. Y sin embargo me he quedado en un, para mí, doloroso Está bien. Ha llegado la hora de explicarme. Pese a que los ingredientes de esta sopa de elegidos han sido seleccionados con esmero, la receta no termina de funcionar. La protagonista, perdida desde el primer capítulo, va siguiendo una serie de pistas que la llevan a realizar un largo y peligroso viaje. Muy pronto, el lector descubre que las cosas que ella va descubriendo desmienten las que ya sabía, desencadenándose una ristra de engaños y desmentidos en los que resulta demasiado fácil perderse. Está claro que el autor tiene el control de lo que ocurre, pero son tantos los nombres, lugares, situaciones y embustes, que la sensación de mareo está garantizada. Por otro lado, aunque tampoco dejan de pasarles cosas a los pobres Fusa y Knork, el ritmo no es demasiado elevado. Estos factores, pese al cúmulo de virtudes que este libro es capaz de reunir, hacen que me haya sido muy complicado conectar con la historia, y que me haya costado bastante terminarlo. Mi opinión es que el autor todavía tiene que trabajar más en crear tensión; no basta con que haya mucha información oculta que haya que ir desvelando poco a poco, veo necesario generar interés y aumentar el ritmo para mantener al lector pegado al libro.
Con lo dicho en el párrafo anterior queda explicada la frustración que comenté al principio. Me da rabia, pues creo que podía haber disfrutado más de esta obra. El autor está especialmente dotado para narrar y para escribir comedia, pues tiene la rarísima habilidad de encontrar la manera de aprovechar cada situación para provocar la sonrisa en el lector. Ya sé que utilizo la más mínima para sacarlo a relucir, pero el humor desplegado en Sopa de elegidos me ha recordado a Terry Pratchett, y esas son palabras mayores. Además, se trata de una obra MUY bien escrita, ingeniosa, con un dominio del vocabulario casi magistral. A Pablo García Maeso le pienso seguir la pista de cerca desde ya.