Título original: Nell’acquario di Facebook. La resistibile ascesa dell’anarco-capitalismo
Idioma original: Italiano
Año: 2012
Editorial: Enclave de libros
Género: Ensayo
Valoración: Recomendable
Para mí, la sorpresa editorial del año se llama Enclave de Libros, una firma sin grandes pretensiones, independiente, situada en el madrileño barrio de Lavapiés. Están afanados en publicar libros comprometidos, con una muy alta carga de crítica política y social. Se agradece de veras encontrar gente dispuesta a mojarse en este mundo conformista de ideales postizos y activismo de salón. Un hurra por ellos.
Después de traeros la exquisita Beaubourg, ahora le llega el turno a En el acuario de Facebook, un ensayo que viene a contarnos aquellas cosas menos amables de las supuestamente inocuas redes sociales. Su subtítulo, El resistible avance del anarco-capitalismo, ya es en sí toda una declaración de intenciones. Sus autores, algunos de los miembros del colectivo de hackers y activistas sociales Ippolita, llevan varios años denunciando temas como la desprotección en internet, o la violación de la privacidad de los usuarios, contrarrestándolo con la búsqueda de alternativas de autogestión y autonomía, en una acción directa de subversión tecnológica. Casi cualquier cosa.
Consta de tres partes muy bien diferenciadas, pero unidas entre sí por lazos más que obvios. En la primera, Tengo mil amigos pero no conozco a ninguno, se trata en profundidad qué son realmente las redes sociales de masas. Se analizan aspectos como el default power (normas por defecto que las redes cambian cada muy poco, y que incluyen claúsulas agresivas para la privacidad de los usuarios), la pornografía emocional, la ideología de la transparencia radical, o lo que ellos llaman la distratención (fusión de los términos distracción y atención)
La segunda parte, El proyecto right libertarians a la conquista del mundo, ahonda en los ideales capitalistas neoliberales (y ciertamente autoritarios) que rigen nuestros gobiernos actuales, y en su interés en mantener convenientemente distraídos y monitorizados a sus ciudadanos. También se repasan los casos y las conexiones entre los Partidos Pirata,Anonymous y Wikileaks.
La tercera y última parte, Las libertades de la red, resalta el modelo político chino-americano y sus obsesiones Huxley-orwellianas (sí, me acabo de inventar el término) de control. También la fábula de la revolución online, la participación de la masa, y las posibles alternativas entre tecnofilia y tecnofobia. Posiblemente sea esta tercera parte la más desdibujada de todas, ya que pretende ofrecer una tercera vía en modo de respuestas, pero, en mi opinión, se queda corta. Me hubiera gustado encontrar más alternativas, ya que el presente (por no hablar del futuro) que pinta el Colectivo Ippolita en este libro, es realmente desolador. Pese a ello, si eres usuario de las grandes redes sociales (sí, tú, no mires para otro lado) este libro es un manual de uso, una lectura, más que recomendable, obligatoria.