Año: 2017
Editorial: Pulpture
Género: Novela corta (Ciencia Ficción)
Western pulp con blasters en un planeta remoto
La obra que traigo hoy es la primera desde que colaboramos oficialmente con la editorial Pulpture, sello independiente y de género fantástico que, como su propio nombre indica, apuesta decididamente por el pulp. En Libros Prohibidos hemos tenido nuestros más y nuestros menos con este subgénero, pero es cierto que ha habido un par de gloriosas excepciones, como esta novela corta y esta colección de relatos. Así que vamos allá, sin prejuicios, a por este Telquis de Cristina M. Caladia.
Telquis es un agujero de ciudad cavado en el no menos infame planeta Corot, un punto perdido en mitad de ninguna parte. Tal vez no sea el mejor sitio para Babett y Martin, una pareja de buscavidas que se dedican a alquilar sus armas al mejor postor. Cuando ya van viendo la forma de cambiar de sistema, se topan por casualidad con un nuevo encargo que no va a salir en absoluto como esperaban.
El tun hace una pausa dramática, observándoles con sus acuosos y blanquecinos ojos. Babett no se sorprende en absoluto por las acusaciones del viejo, ni siquiera conoce a ese herrero tan famoso. Sin embargo, Alastair… Babett conoce esa mirada, para él ya es casi personal. Decide intervenir antes de que el tema coja vuelo y se vean envueltos en otra loca cruzada.
Pues abro este librito esperando encontrarme una lectura ligera de aventuras con lásers y movidas espaciales en un planeta ignoto, y eso es precisamente lo que me encuentro. Se trata de un western pulp de ciencia ficción en el espacio. Yo creo que la autora ha comprendido a la perfección el concepto y el formato de la obra, ha dejado de lado las grandes pretensiones y se ha centrado en narrar una historia llena de carreras, tiros y maldiciones en las pocas páginas de las que disponía. ¿Hay un trasfondo de mayor calado detrás de historia? Sí, es palpable, aunque no se muestra del todo; y es que lo que prima es la acción. ¿Hay grandes personajes? Pues la verdad es que solo dos están más o menos perfilados, los protagonistas Babett y Martin, pero funcionan muy bien juntos, tienen química y con eso basta. ¿Hay ingeniosos diálogos? Tampoco, lo justo para que veamos cómo se desenvuelven estos dos antihéroes ante las adversidades y cómo salvan el pellejo de milagro.
¿Quiere decir esto que Telquis es una historia simple? Yo diría que sí, pero sin acritud, sin que esto sea una crítica negativa, sino todo lo contrario. En el tipo de obra —de apenas 70 páginas en formato reducido—, la simpleza, el deshacerse de complejos y de explicaciones innecesarias, esto es una virtud. El objetivo es lograr atrapar la atención del lector, hacerle viajar y sentir en sus carnes las aventuras de estos dos sinvergüenzas, conseguir que se lea de corrido en una tarde. Es algo que esta obra consigue y no crea que sea sencillo. No va a ser una obra de culto —bueno, no lo sé, no quiero pillarme los dedos que con esto del fandom nunca se sabe— ni pretende figurar entre las obras maestras. Liberarse de esas cadenas es lo mejor que le puede ocurrir, le da una frescura que luego nota el lector.
Entrañables bastardos
La brisa trae consigo el apacible vaivén de las aguas de los lagos salados, y tan solo prestando atención puede uno oír el ruido de la vida nocturna de Telquis, que llega desde lejos.
—Aún es pronto para estar seguros —dice Babett. Su voz suena metálica y distorsionada por el filtro de la máscara—. No me fío.
—Y cuándo sí.
Me ha parecido muy interesante, incluso divertido, el uso de la famosa in media res que ha aplicado Cristina M. Caladia en Telquis. No se trata solo de que el lector entra en el libro cuando la acción ya ha empezado, sino que va más allá: el lector entra en la vida de estos dos personajes cuando ya llevan una importante cantidad de andanzas a sus espaldas. Y cuando la historia se termina da la sensación de que esto puede seguir adelante en nuevas aventuras. Ya sé que parezco un productor de Hollywood, pero las posibilidades de secuelas y precuelas son casi ilimitadas. Y es que, donde hay un par de personajes que funcionen, hay una historia —y sus continuaciones— que merece la pena ser leída.
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Foto la Vía Láctea sobre el desierto: inefekt69