Año: 2015
Editorial: Autopublicado
Género: Relato
Valoración: Sin calificar
Parece mentira, pero ayer estábamos comiendo turrón y hoy ya está enero casi finiquitado. Pero es cosa de enero, ya que por nuestro estante de lectura pendientes parece no pasar el tiempo. De hecho, no para de engordar. Hoy traemos una de esas lecturas, autopublicada, de ciencia ficción, llamada Fractal.
Un cobrador llega a un sanatorio donde los enfermos de fractal son enviados para que la sociedad pueda olvidarse de ellos y dejarlos morir. Esta misteriosa enfermedad ataca a todo tipo de seres vivos, horadando sus pieles hasta la degradación más miserable. Sólo aquellos que toman la preciada medicación logran sobrevivir (aunque esto no es mucho mejor en un mundo que agoniza sin remedio).
Debo reconocer que este relato me ha sorprendido desde el primer momento, la mayor parte de las veces, para bien. Sin embargo, me ha dejado con un sabor de boca raro, tal y como se puede ver en su valoración (y le he puesto Sin calificar porque no tenemos una que se llame whatthefuck). Empecé a escribir esta crítica aturdido, pensando que tenía que disculparme con vosotros y con el autor por no haber comprendido el libro, en una derrota personal imperdonable. Luego, investigando un poco su página web (y volviendo al email que el propio Damián Cordones nos envió aceptando la política de reseñas), descubrí que en realidad Fractal se trata de una parte de un proyecto literario llamado La era del espíritu baldío, compuesto por otros tres ejemplares.
Por lo tanto, este relato es un pedazo de una obra mayor y, como tal, no se puede valorar hasta no haber leído todo el conjunto. Esto es positivo por una parte, ya que estimula la curiosidad e invita a seguir leyendo la saga completa (por cierto, desconozco si Fractal es la primera o la segunda entrega). Pero claro, por otra parte es negativo porque este relato apenas tiene valor propio e independiente fuera de la obra magna. Este pez se ahoga fuera de la pecera y, como me ocurrió a mí, deja boqueando al lector en busca más.
Y esto me joroba porque el librito de marras me ha tenido salivando la mayor parte de las ochenta y pocas páginas que tiene. Fractal es una propuesta tan ambiciosa como interesante, y su ejecución es impecable hasta que llega la inevitable sensación de pérdida que estoy comentando. Sus páginas rezuman el mismo aire de la ciencia ficción de altos kilates, de gran realismo (con maravillosos palabros científicos incluídos que le dan más empaque). Todo esto acompañado de un acertadísimo estilo directo y conciso…
En fin, que me quedo con las ganas de recomendar este libro, pero hasta que no haya leído las otras tres obras no puedo hacer una valoración más completa. Ahora el problema es que quiero leerme las otras tres partes. Pero ya. Joder.