Con Porno religioso improvisado (2015), Laura Lee Bahr fue reconocida con nuestro Premio Guillermo de Baskerville a la mejor obra traducida al castellano en 2019. La autora residente en Boston, también actriz, guionista y cineasta, ganó además el premio Wonderland a la mejor novela de bizarro en 2011 con Fantasma. Sin duda nos encontramos ante una de las voces más potentes de la corriente bizarra, y es un placer poder entrevistarla hoy en Libros Prohibidos:
P: En primer lugar, enhorabuena por el premio.
R: ¡Muchas gracias! ¡Estoy encantada con él!
P: En Porno religioso improvisado, más allá del embalaje bizarro, exploras cuestiones muy profundas acerca de la condición humana. En particular, no puedo olvidar la secuencia en la que Madeline se encuentra con el señor Snow, al final de la novela: «Tiene un aspecto de mierda, pero hay un brillo maniaco en sus ojos que ahora reconoce; el brillo de alguien que no tiene nada que perder pero que está dame una V, dame una I, dame una E, dame una N, dame una D, dame una una O. Son gente de la peor calaña. Los que se sienten vivos». Tras esta entrevista a Hugo Camacho y Francisco J. Pérez, charlando acerca de tu libro, ambos coincidían en que se trataba de una obra existencialista. Sin embargo, la evolución del señor Snow sugiere que hay algo, entremedias del absurdo que supone la existencia, que merece la pena ser vivido. ¿Consideras que Porno religioso improvisado es existencialista? ¿Cómo la definirías?
R: Sí, es existencialista en tanto que es el tema central y esencial del libro: ¿qué nos permite seguir viviendo día tras día? ¿De qué manera, como seres humanos, formamos lazos y creamos significado para nuestras vidas? Y cada uno de los personajes está luchando con la sensación de que haya un lugar para ellos en este mundo; tratando de encontrar el camino a alguna relación que les dará a sus vidas propósito o significado. El libro también es «porno» existencialista/religioso en tanto que es acerca del clímax que cada personaje alcanza con respecto a lo que has llamado «el absurdo que supone la existencia, que merece la pena ser vivido».
Camus dijo que «no hay más que un problema filosófico verdaderamente serio, y ese es el suicidio». Pero en el caso del señor Snow, no es una cuestión seria, es completamente absurda. La idea del suicidio se convierte en un pensamiento empoderante para el señor Snow, una fantasía que le permite urdir un plan de huida. El único problema filosófico serio, creo yo, es cómo mantener el corazón vivo en este mundo loco de atar. Y cada uno tiene que responder por sí mismo y la respuesta puede cambiar con nosotros. Es una movida muy seria. Es mucho más serio, creo, decidir vivir de verdad que decidir morir.
P: Otro de los elementos de peso en la novela es del teatro improvisado. Esa idea de «sí, y…» que podría representar también uno de los paradigmas de la literatura bizarra. Sin embargo, tanto en Porno religioso improvisado como especialmente en Fantasma, muestras un manejo de los tiempos y los espacios de las novelas que parecen exigir un alto grado de planificación. ¿Cómo abordas el proceso de escritura? Y, ¿hasta que punto aplicas los principios de la improvisación a tus novelas?
R: En ambas obras, el proceso de escritura se parecía mucho a lo que ocurre en teatro cuando una obra cobra forma a través de la improvisación. Sabía cuáles eran las grandes preguntas que debía tratar (Fantasma: el amor obsesivo; Porno religioso improvisado: la batalla diaria por una existencia significativa). En cada una de estas obras, los personajes vinieron a mí bien como regalos o como fantasmas; algunos entraron en la página completamente formados, algunos tuvieron que repiquetear por la página hasta que capté quiénes eran y qué querían. Para Porno religioso improvisado, pasé unos dos años con los personajes jugando en las páginas. Cuando ya los conocía, y sabía lo que necesitaban, querían, temían…, supe qué necesitaba que fuera este libro como escritora. Para mí, es una llamada a la vida. Así que, cuando tuve cada personaje, su arco y cómo quería que el libro se sintiese y leyese, tuve que empezar de nuevo desde el principio y reescribirlo todo desde la página uno. Todo el proceso tardó cuatro años. ¡No me pude creer cuando tuve el libro en mis manos lo CORTO que era comparado con lo MUCHO que tardé!
Fantasma fue muy diferente. Era mi primera novela y aquello fue… Dios mío, fue una jodienda muy larga de proceso. Sin meterme demasiado en ello, tenía otra vez todos estos hilos improvisados con una serie de personajes, que tuve que domar en un proceso muy largo de refinamiento. Me llevó un año tener todos los hilos, tres meses de no hacer nada más que escribir con un diagrama de flujo de decisiones (pegado a una copia de El grito de Much) para convertirlo en un manuscrito, meses de beteo más cinco años de macerarlo en una caja, y entonces un año más de estructuración intensiva para obtener la obra acabada.
P: En España te conocemos sobre todo por tu faceta de escritora. ¿Podrías hablarnos acerca de tu trabajo en relación al cine independiente? Asimismo, en Porno religioso improvisado existen múltiples referencias a Hollywood, los esfuerzos de Madeline por entrar en contacto con George Clooney y cómo su empeño por producir la película sobre la vida de Dominique deshumaniza su propia historia. ¿Cuál es tu visión de las grandes industrias (cinematográficas o literarias) y los productos que ofrecen al «gran público»?
R: Hace poco leí un libro llamado La preparación del director de Anne Bogart. En él, habla de haber visto E.T. en el cine, salir de la sala y ver un montón de marquesinas promocionales de E.T. Describe la sensación de que le dicten cómo sentirse, esta sensación de manipulación y esta creación de arte masiva que carece de sutileza en su interpretación… Soy alguien que de hecho aprecia mucho de la cultura de masas, pero mucha de ella me hace sentir fatal, como comer comida basura o algo así. (Mi familia, por cierto, no estaría de acuerdo conmigo cuando digo que aprecio la cultura de masas. Me consideran la persona más aburrida del mundo con la que ver una película; creen que lo odio todo. Mi madre dice que hasta le he estropeado las pelis de Bollywood).
Desde luego siento que los medios de masas tienen como objetivo reforzar y propagar las ideas que sirven a la estructura de poder dominante. Ya sea mediante la historia en sí misma, la forma en la que está contada, la forma en la que se promociona o todas las anteriores, hay algo efectivamente deshumanizador en estas industrias. El mercado de masas no es conocido por dejar mucho a la interpretación o por crear un diálogo abierto entre el creador y el público. Se trata de crear distancia, una sensación de jerarquía y monetizarlo todo. Pero, eh, a veces una solo quiere comer palomitas, ¿verdad? De verdad que me veo todas las mierdas de Star Wars.
P: Tanto en España como en Estados Unidos hay un fuerte movimiento feminista y en defensa de la igualdad de derechos entre hombre y mujeres. Tanto en Fantasma como en Porno religioso improvisado, dentro de la complejidad y las contradicciones que encierran, tus personajes femeninos son poderosos y en la mayoría de las ocasiones quienes lideran la acción. ¿Es algo deliberado o surge de manera natural? Y, teniendo en cuenta que en tus novelas hay múltiples niveles de lectura, ¿consideras que hay alguna relación entre las luchas por los derechos civiles y las cuestiones existenciales o metafísicas?
R: Hay un autor que he leído que llegó de verdad al corazón de toda acción creativa para mí. Paulo Freire, en Pedagogía del oprimido, dice: «La deshumanización, que no se verifica solo en aquellos que fueron despojados de su humanidad sino también, aunque de manera diferente, en los que a ellos despojan, es distorsión de la vocación de SER MÁS [plenamente humano]».
El acto de la creatividad es para mí una tarea profundamente humanística… Mis personajes femeninos surgen naturalmente como personas poderosas y que lideran la acción (que es la realidad que veo en mi vida con las mujeres que conozco). Pero todos mis personajes femeninos también luchan con la forma en la que se las percibe y marginaliza, y el tratar de realizarse en un mundo en el que les piden, la mayor parte del tiempo, definirse a sí mismas por su relación (especialmente la relación sexual) con los hombres. Creo que la desigualdad de género no es solo deshumanizante para las mujeres, es deshumanizante para los hombres también. Lo mismo ocurre con todos los aspectos de la desigualdad de raza y clase. La clave, particularmente en estos tiempos de tanta división, es que todos hagamos lo posible por tomar acciones a favor de la igualdad; de la forma más compasiva que podamos.
Las mujeres, creo, tenemos no solo una cantidad increíble de poder sino una oportunidad increíble. El objetivo no es convertirnos en el opresor, sino convertirnos plenamente en nosotras mismas.
P: Tras Fantasma y Porno religioso improvisado, publicaste en 2017 Angel meat (Fungasm Press) ¿Podrías hablarnos acerca de ella? Y, ¿tienes algo ahora mismo entre manos? ¿Cuáles son tus proyectos a corto plazo?
R: Angel Meat es una antología de relatos cortos, de género y extensión variada. Cada uno de ellos tiene una modalidad existencial emparejada con el género. El último relato es casi una novela corta y la escribí como un tema unificador. Es la historia más desnuda que he escrito, una pieza de no ficción acerca de un viaje a través del desierto. Orciny Press la traducirá y la publicará en España en 2021, así que estoy emocionada.
En 2018 tuve la gran fortuna de ser seleccionada como escritora residente en la Kerouac House y creé una novela allí que ahora mismo está en su fase de crisálida. El año pasado (2019) escribí un guion corto a cuatro manos con Chris Kelso que produjimos un pequeño equipo y yo, conmigo dirigiendo. Se llama Strange Bird. Tiene una banda sonora fantástica del grupo Pumajaw que tenéis que oír. Strange Bird se va a proyectar en la BizarroCon de este año en Barcelona.
El mayor cambio en mi vida es que además me mudé a la otra punta del país a la ciudad de mi pareja, Brockton (Massachusetts). Habiendo vivido en Los Ángeles toda mi vida adulta, es como haberse mudado a otro mundo, uno en el que tengo que llevar múltiples capas de ropa para sobrevivir.
Para abril de 2020, tengo un par de relatos cortos y un vídeo que aparecerán en byNWR. Esta web, creación del director visionario Nicolas Winding Refn, incluye streaming de películas restauradas increíbles y crítica fuera de lo convencional. Yo formo parte del volumen noir, editado por William Boyle. Escribí una pieza llamada The Melting Memoir, que es una fusión de almas con un personaje de la película de 1965 One shocking moment. Se parece más a Fantasma que nada de mi trabajo posterior, como ver mi propia vida como un fantasma.
P: Para terminar, es sabido que Fantasma no alcanzó su debido reconocimiento hasta que encontró su lugar en el círculo de la corriente bizarra. Sin embargo, tus obras parecen situarse en un cierto margen o límite de lo que llamamos bizarro, especialmente en la medida en que tus obras lo extraño no se aplica solo a la trama, sino también a la estructura, y también por la profundidad y el sentido existencial que encierran tus novelas. ¿Te sientes cómoda con la etiqueta de «bizarro»? ¿Qué opinas en general del movimiento bizarro? Por otro lado, uno de los motivos que llevó a Hugo Camacho a fundar Orciny Press fue traducir Fantasma, y sin duda la recepción de tus obras en castellano ha sido excelente: ¿Hay algo que le quieras decir a tus lectores en castellano? ¿O algo que no hayamos mencionado en la entrevista?
Mis experiencias favoritas como autora han ocurrido en España. Me siento muy conectada con los lectores allí, y honestamente, eso no es solo gracias a las traducciones increíbles de Hugo, sino a su trabajo incansable por reunir a este grupo único de personas y lectores. Estoy muy agradecida de que una copia de Fantasma llegase a sus manos (¡gracias, Tamara Romero!) y nunca olvidaré su primer mensaje que me llegó, diciendo que quería fundar una editorial con Fantasma. Fue perfecto, porque ocurrió lo mismo con Fungasm también. Cuando John Skipp leyó Fantasma le pareció que pertenecía al mundo bizarro, pero estaba fuera de lo que se consideraba tradicionalmente bizarro, así que quiso crear una imprenta de la cual fuera la obra debut. Así que cuando me llegó el mensaje de Hugo, bueno, nada me gusta más que cuando una serendipia ocurre así.
En cuanto a ser etiquetada como bizarro, la verdad es que me encanta; ha sido mi barco a un montón de sitios diferentes. Pero como dijo el bueno de Søren Kierkegaard, «una vez me etiquetas, me niegas». En cuanto a la etiqueta o el movimiento bizarro, como cualquier etiqueta o movimiento, creo que en tanto que una a la gente de una forma que les ayude a manifestar una perspectiva más única, empoderante, extrañamente bella y afectuosa de sus propias relaciones y sus vidas, cuenta conmigo, apúntame a la lista, ondearé la bandera. Y si no es así, que le den. Y a mis lectores en España, les quiero decir que estoy deseando volver.
¡Mantened vuestros corazones vivos y yo lo haré también!
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Traducción de Ana Casanova