[Entrada del 28 de diciembre de 2017, Día de los Inocentes]
Israel Alonso es, pese a su juventud, el editor de Cerbero, una de las revelaciones de este último año y que todavía tiene que dar mucho más que hablar. En la siguiente entrevista, desnudamos al hombre que se esconde detrás de esta marca.
¿Por qué una editorial de ci-fi, fantasía y terror? ¿Por qué no de romántica o libros infantiles?
Estaba buscando publicar a mujeres por encima de la media, porque estoy muy concienciado con la causa feminista, así que decidí acudir a la ciencia ficción, que es el género donde se publica a más mujeres y donde se las toma más en serio. La romántica y el infantil siempre han sido terrenos eminentemente masculinos y era muy complicado hacer despegar una editorial emergente si apenas nos llegaba material del que queríamos publicar. A mí el género que de verdad me atrae es el romántico, pero no me había sentido preparado para ello hasta hace bien poco. Ahora mismo estoy acabando una novela romántica, precisamente. Es muy probable que acabe en un cajón, pero ¿quién sabe? Si me va bien, a lo mejor podríamos pensar en hacer algo en Cerbero, pero es una idea a largo plazo.
«Está claro que monté una editorial para ligar, igual que lo del rollo feminista. Pensé “muy mal tiene que dársenos para que entre tanta autora no caiga una” y ahí que me lancé».
En Cerbero publicáis a muchas mujeres, ¿has montado la editorial porque te gusta coquetear?
Hombre, está claro que monté una editorial para ligar, igual que lo del rollo feminista. Pensé «muy mal tiene que dársenos para que entre tanta autora no caiga una» y ahí que me lancé. Ya luego, metido en faena, resulta que le he cogido el gusto a esto de llevarle la contraria a un montón de Pollaviejas y Señores que creen soportar sobre sus espaldas los pilares del fandom. Al final parece que no, pero había mujeres escribiendo. Y con más calidad que la mayoría de autores. Y sobre lo de ligar… creo que Javier Castañeda me pone ojitos últimamente. Y es un hombre muy apuesto.
Sois una editorial muy activa, ¿te encargas tú de todo o te ayuda tu mujer?
Le dejo que haga los paquetes para que se entretenga con algo. Y, además, como es mujer tiene la letra bonita y quedan más resultones. De todo lo demás me encargo yo. Sobre todo de cosas que requieran del uso de la fuerza bruta y un torrente de voz más grave, como, por ejemplo, cazar leones con las manos o asustar a depredadores gruñendo.
Con tanto corregir libros y tomar decisiones, ¿no le preocupa a Israel Alonso que le tachen de marimandón?
Aquí en realidad solemos hacer las cosas muy democráticamente. Los autores, y sobre todo las autoras, opinan, debaten y se involucran mucho en los asuntos de la editorial. Yo hago lo que me da la gana, pero les consulto y se sienten mejor, se sienten útiles. Son como críos. Un momento en el que hay que ponerse serio de verdad, de manera impepinable, es cuando llegan las correcciones de las obras. La mayoría no entiende que es por su bien, que es por tener un texto final mejor y más vendible, que son correcciones profesionales y que se les hace un favor con ellas. Siempre se montan unas tanganas terribles. Verás el año que viene, que he decidido que todas las obras que publiquemos tienen que usar obligatoriamente el femenino genérico. Verás la que se va a formar.
Además de ser editor, eres escritor, ¿qué opina tu mujer de tus inquietudes artísticas?
La verdad es que no tengo queja. Nunca me ha puesto pegas a la hora de que le dedique tiempo a mis hobbies, siempre que no me quiten tiempo de asuntos verdaderamente importantes. Me apoya en mis proyectos y me da cierta libertad para hacer mis cositas. De todos modos, lo de escribir no me ocupa mucho tiempo. Básicamente es poner una palabra delante de otra y que queden más o menos presentables. Tampoco es que sea una ciencia ignota, vaya.
«Es indudable que es mi aspecto físico lo que más puertas me ha abierto. Me han propuesto ser modelo de ropa interior y doble de culo de Antonio Banderas. Pero nunca me han pagado lo suficiente».
¿Cómo concilia Israel Alonso ser escritor y editor con la vida familiar? ¿Te da tiempo a lidiar con las labores del hogar?
Ser editor es un pasatiempo que me ocupa dieciséis horas al día y que está presente también en el resto de horas. Porque siempre hay algo que hacer, siempre hay algún fuego que apagar. La gente no respeta tus horarios y te llama a todas horas del día. El contable que si ya tenemos un millón más, el abogado que si Reverte nos tiene tirria… Y eso afecta al día a día, claro. Yo en casa hago lo que puedo, ayudo, claro. Si hay que bajar la basura y no es mucha, yo hago el esfuerzo de dejar de crear y editar y bajo. Si el niño tiene que hacer caca, pues aviso a su madre para que lo lleve. O sea, yo ayudar, ayudo. Pero cada vez que me levanto de la mesa perdemos mil euros. Literalmente. Me lo ha dicho uno de mis gestores.
Eres un chico muy atractivo, y además simpático, seguro que has tenido oportunidades de hacer otros trabajos antes de ser editor…
Gracias. Sí, la verdad es que sí. Oportunidades he tenido, desde luego, y es indudable que es mi aspecto físico lo que más puertas me ha abierto. Me han propuesto ser modelo de ropa interior y doble de culo de Antonio Banderas. Pero nunca me han pagado lo suficiente. A mí lo que me ha privado de toda la vida de Dios es lo de escribir, así que he renunciado a otras ideas que, quizá, me habrían sido más rentables. De escribir solo saco un mísero sueldo de mileurista, pero algo es.
Te vemos mucho con la camiseta de Cerbero puesta, ¿no te aburre lucir siempre el mismo modelito? ¿Cuál es tu diseñador favorito?
Hay sutiles variaciones en la camiseta que llevo a las presentaciones. A primera vista y para un espectador (o espectadora) no alerta parece la misma, pero no lo es. Se trata de una campaña sofisticada para anunciar una novedad para 2018. Una campaña de marketing. Si cogéis todas las fotos que me he hecho con ella a lo largo de este año y las ponéis una detrás de otra, como si fuera un vídeo en slow motion, veréis cómo el perrete se transforma en otra cosa. Respecto al diseñador, en esto soy como Pablo Iglesias, me pirra la ropa del Alcampo, sobre todo la colección otoño-invierno.
Una pregunta que se está haciendo todo el fandom: ¿qué hace Israel Alonso para mantenerse tan joven y terso? ¿Cuál es su secreto?
Me baño dos veces al día en lágrimas de hombre. Lo más complicado es transportarlas hasta mi baño, porque lo que es conseguirlas es sencillísimo. Me acerco con una garrafa a hispacones y demás convenciones donde se reúna el fandom y hablo de Las Cazafantasmas, de la posibilidad de romance entre Finn y Poe Dameron, y cosas así…
«Tengo el bigote un poco camuflado con la barba por no ir por ahí levantando pasiones y que la gente le preste un poco de atención a los libros de la editorial».
¿De qué parte de su físico se siente Israel Alonso más orgulloso?
De mi bigote. Es una parte de mi personalidad que me da muchas satisfacciones. Origen Cuántico, un bloguero, escribió en una reseña que no voy a compartir que «por ese bigote han caído imperios». Lo tengo un poco camuflado con la barba por lo mismo, por no ir por ahí levantando pasiones y que la gente le preste un poco de atención a los libros de la editorial. Que luego se me quejan los autores (y las autoras) de que los eclipso.
En repetidas ocasiones has confesado tu pasión por la tortilla de patatas en su variante más triste (sin cebolla). ¿No te preocupa no cuidar la línea con tanto colesterol?
En realidad todo es pose. Yo estoy muy de acuerdo en que la gente estropee la tortilla de patatas con cualquier porquería que se les ocurra, me parece una idea brillante, digna de auténticos gourmets. Lo que pasa es que en una entrevista que me hicieron al principio de todo me equivoqué y dije «sin cebolla» cuando quería decir «con cebolla», y ahora no sé cómo desdecirme. Yo le echo cebolla a la tortilla. Y chipirones. Y boniatos crudos. Y piedras. Y lacasitos. Es lo mejor del mundo. Los que no le echan porquerías asquerosas a la tortilla de patatas es que no tienen gusto ninguno. ¿Cuál era la pregunta? Ah, no, no me preocupa. Bueno, sí, un poco, pero para eso me echo siete u ocho horas de gimnasio diario, para mantenerme en forma. Tuve que pagar un pastizal para que ajustasen todas las máquinas para que pudiera usar el InDesign y maquetar libros mientras, por ejemplo, corría en la cinta.
Pero estás llegando a cierta edad… ¿Te has planteado el uso de bótox o cirugía?
En realidad sí. Estoy muy de acuerdo con el tema de las operaciones de estética. Creo que la gente debería cuidar más la imagen que ofrece al exterior. Esa es otra de las razones por las que publico a más autoras que autores. Objetivamente y visto desde fuera es mucho más bonito ver una presentación donde haya más mujeres que hombres. Y huele mejor. Es un placer estar rodeado de mujeres guapas, como todas las que publican en este sello. Sobre todo ahora que a todos los hombres les ha dado por llevar barbas, que parecen náufragos.
Y para terminar, una pregunta picante: ¿qué le gusta a Israel Alonso en la cama?
La coralina, sin duda. Es el mejor invento desde la rueda.