Año: 2018
Editorial: Anaya
Género: Novela (Fantasía juvenil steampunk)
Obra perteneciente a la sección oficial de los Premios Guillermo de Baskerville 2019
Todo empieza en una escuela mágica…
La Escuela de Artefactos y Oficios solo acoge a jóvenes mentes brillantes. De las manos de sus alumnos salen sombreros voladores, robots casi humanos y casas que actúan como un verdadero tanque de guerra. Pero los alumnos desconocen muchas cosas de la institución y temen muchas otras. Ágata McLeod, la protagonista de La balada de los unicornios es una niña mecánica (con ojos artificiales) que es una verdadera genio, aunque su tía Cornelia, que dirige la escuela en plan dictadora ayudada por un ejército de arañas hipnotizantes, no se lo ponga fácil para destacar.
Y es que Cornelia es una bruja, pero de las de verdad. Practica magia oscura y ha encerrado a León, el mejor amigo de Ágata, para extraerle gota a gota su caudal de magia. Además, como aliado tiene a una especie de Jack el destripador, un asesino que desgarra a sus víctimas sin piedad.
El edificio de la Escuela de Artefactos y Oficios tenía más de ciento cincuenta años de antigüedad. Era una joya. Su arquitecto estaba obsesionado con el mar y lo había diseñado imaginando el fondo marino. Algunas estancias, como el salón principal, recreaban el interior de una ballena; era como penetrar en la boca de un enorme cetáceo y acomodarse en una de sus cavidades.
La autora: Ledicia Costas
Conocí a Ledicia Costas en el maravilloso festival Celsius (si te gusta la fantasía, la ciencia ficción o el terror, es una cita ineludible). Me pareció una persona de lo más encantadora. Aunque en ese momento, en una mesa con lo más excelso de la fantasía juvenil española, a mí me hubiera parecido encantador hasta el Jack el destripador que tan elegantemente versiona Ledicia en la novela. Lo cierto es que ella lo es de verdad y tiene una forma de narrar historias que es totalmente original. Aparte de contar en su haber con un montón de premios (como el Merlín, por su obra Escarlatina, la cocinera cadáver y el prestigioso premio White Ravens).
¿De qué va La balada de los unicornios?
En La balada de los unicornios se unen el Londres victoriano que tanto me gusta (y que sale en otras novelas de fantasía juvenil como por ejemplo Constable & Toop), con temas de mecánica y física, creando magistralmente un ambiente steampunk.
De pequeña pensaba que el cielo estaba lleno de agujeros invisibles por culpa de esas torres, que lo perforaban constantemente. Pero ahora defendía la teoría de la caza de nubes. En el mercado negro, unos estratocúmulos de grandes dimensiones podían alcanzar un precio considerable.
Pero no se queda aquí. Este mundo de la escuela es solo el punto de partida de una aventura plagada de imaginación en la que la protagonista, acompañada de un robot casi humano y de Nuno, un niño de lo más peculiar, recorrerá parajes de una desbordante fantasía, como la Ciudad de los perros o las Praderas flotantes, y sabremos del mundo de las brujas mucho más de lo que quisiéramos.
El viaje del héroe en la LIJ
Decía Joseph Campbell que una novela empieza cuando en un entorno ordinario sucede un suceso extraordinario. No podemos llamar al mundo en el que empieza esta novela precisamente ordinario, porque es un mundo dominado por la magia aunque tengamos el Londres victoriano de fondo. Pero sí que un suceso extraordinario precipita el primer estadio de ese viaje del héroe que es la llamada a la aventura. Ágata no puede permitir que su tía le haga a Nuno lo mismo que ya le está haciendo a Leon. Tiene que poner a salvo al niño y se pone en marcha hacia el origen del mundo en un intento desesperado de resolver toda la situación y, si es posible, salvar la vida de su amigo.
Lo hace perseguida por una recreación, como te he dicho antes, de Jack el destripador, con una buena documentación histórica detrás que lo hace más escalofriante. Sobre todo, porque sabes que esa parte sí que es real.
En este caso, como en casi todos los libros de LIJ, el viaje del héroe no se limita solo a un viaje exterior, sino que es también un viaje interior, hacia el origen de las peculiaridades de la misma Ágata y hacia su madurez como persona.
La batalla eterna entre el bien y el mal matizada de gris
En la historia se enfrentan dos clanes de brujas: las Córvidas y las Albinas, que viven en una paz algo tensa. El bien y el mal no son tan negros ni tan blancos como los pintan y lo más interesante es que la relación entre ambos clanes tiene mucho que ver con la vida de la propia Ágata. La imagen de la vida y la muerte en forma de escarabajos que rodean al ermitaño me recordó mucho al viejo de la Montaña Errante de La historia interminable, de Michael Ende.
La Cueva de los Escarabajos albergaba la vida y la muerte desde el principio de los tiempos.
Puede que te preguntes qué dónde están en todo esto —brujas, asesinos, ambiente steampunk— los unicornios del título. Me temo que eso es un spoiler y no te lo voy a desvelar, pero sí que te digo una cosa: los unicornios, como estas joyitas del juvenil fantástico, son raros de encontrar. Si los localizas, no debes dejarlos escapar.
La ilustradora
Las novelas de LIJ suelen llevar ilustraciones interiores. En esta, las maravillosas ilustraciones son de Mónica Armiño, ilustradora madrileña que trabaja para numerosas editoriales, entre ellas la que publica este libro: Anaya.
Podéis ver muchas muestras de su espectacular trabajo en su web.
La balada de los unicornios fue la novela ganadora del Premio Lazarillo de Creación Literaria 2017, un galardón de mucho prestigio creado en 1958.
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Foto: Zoltan Tasi. Unsplash.