Año: 2018
Editorial: Ediciones Vestigio
Género: Novela (ciencia ficción)
El Gusano, de Luis Carlos Barragán, es un libro mutante, una criatura subterránea que sale de la tierra que la cansada pretensión de realismo de la literatura escrita desde Colombia no puede abonar más. Por lo mismo, presenta a los lectores un poco de todo eso que ha venido siendo el mundo de las últimas décadas, siendo aquí el narrador un él, una ella y un nosotros. Desde la aparición de una crisis que impide el contacto entre los seres humanos por temor a una fusión física y psicológica con los otros, a la forma en cómo se desenvuelve con el conflicto armado de la Colombia de fines de los noventa y principios del dos mil, hasta la crisis de los refugiados sirios, la narración propone un camino paralelo por el que la historia de los últimos años solo es un experimento para la evolución humana, por parte de autores intelectuales desconocidos y solamente revelados al final de la narración. Al mismo tiempo, se leen con sorpresa los cambios que la fusión trae para las relaciones y el contacto físico entre humanos, lo que inevitablemente nos pone en diálogo con los acontecimientos vividos a lo largo del presente año.
La gran bestia se formaba, y una vez completa, unitaria, comenzaba a cavar violentamente,
rompiendo el pavimento, las tuberías y los cables, y dejaba un cráter […]
Su cuerpo de larva blancuzca, semitransparente, cubierta de arrugas, protuberancias y pelos
se erigía sobre la noche con gran majestad y oscilaba en silencio.
La fusión: Yo soy otro
En 1997, en un pueblo llamado Timbío del departamento del Cauca, en Colombia, madres y padres temen llevar a sus hijos a la escuela. Ese temor, muy real por lo cierto, los obliga a cubrirles brazos, piernas y cuellos. El rostro es cubierto, dejando tan solo a la vista los ojos, lo que hace literal esa frase de cajón de que «los ojos son nuestra ventana al mundo». Así, los cuerpos se convierten en la más privada de las posesiones. Sin poder tocar a personas y animales, la vida se vive como detrás de una ventana, en la que solo se mira mientras la imaginación hace el resto. El motivo de todo esto es un extraño fenómeno, explicable solamente en la parte final del libro, por lo que no prometeré spoilers.
Este fenómeno, que apareció simplemente un día del 97 en todos los lugares del mundo, hace que una persona se fusione con otra por medio del contacto físico, lo que lleva a los fusionados hacia un intercambio mutuo que abarca desde rasgos físicos hasta recuerdos y emociones.
Las luces mostraron cómo estas personas habían obtenido nuevas características, distintos colores de piel y texturas de cabello. Las sonrisas descubrieron dientes que no cuadraban del todo, ojos de distintas coloraciones, hombres con senos, muslos extraños, genitales transformados.
Como resulta obvio, la aparición y el temor a la fusión degeneran en cambios en las relaciones humanas. El nuevo orden mundial resulta paradójico. Por un lado, la fusión abre la posibilidad a todos de ser y sentirse en los zapatos de ese otro que puede ser cualquiera, como si la empatía no fuese un slogan de ONG, algo que se explora en un curso de mindfulness o una actitud abstracta, sino más bien algo que recorre las emociones y la piel de las personas, convirtiendo emociones ajenas en propias (en realidad pasan a serlo); por el otro, la fusión con otro u otros hace de las personas seres dependientes que sufren de flashbacks de ese otro con quien fusionaron partes pequeñas o grandes de su ser. Nuestro narrador, por ejemplo, siendo un niño en Timbío, es besado por una niña siria que le transmite recuerdos, un ojo de otro color y una pequeña vagina. Por esto la ve cada tanto, no porque la extrañe solamente y su cerebro dibuje imágenes ideales y masoquistas; la ve porque algo de ella, literal, está en él. Pero ella se encuentra en Siria y huye con otros migrantes de la guerra que se desató después del 2011.
La fusión es en realidad muchos tipos de fusiones. No es lo mismo tocar con un dedo a otra persona que besarla, como tampoco fusionarse con varios en un ritual del tipo orgía en el que se terminan compartiendo porciones de sí mismo con los demás y viceversa. También es un motivo de rechazo por parte de quienes se aferran a su individualidad física y psicológica, o por grupos neo-facistas que la ven como una aberración, porque, después de todo, la fusión impulsa el mestizaje hasta el absurdo. A estos últimos se les oponen los runners, nombre de las tribus urbanas de jóvenes que abrazan la fusión en fiestas clandestinas de desnudez y correteo para atravesar al otro, dispersarse en su cuerpo y recibir algo a cambio al mismo tiempo, como si cumplieran ese mandamiento vidente de Rimbaud del yo soy otro.
El viaje: Una guerra en Colombia y otra en Siria
El conflicto armado de la Colombia de los noventa y el estado fallido que el país fue en el entonces, dividido entre territorios controlados por la guerrilla y otros por los paramilitares, auspiciados estos últimos por las fuerzas militares y policiales del estado, obtiene en la narración de Barragán un trato poco común, que no suelen darle los autores y autoras del país (o que por lo menos, desconozco). Siendo Colombia un país con una historia de conflictos internos que se rastrean hasta el proceso de independencia de España, este ha sido un tema constante para la literatura y el arte en general del país sudamericano. Por ejemplo, la literatura de la llamada época de la violencia y el conflicto entre liberales y conservadores de mitad de siglo pasado produjo sus obras con un trato realista y más o menos similar entre sus autores; la llamada «sicarina» de los ochenta y noventa expuso los conflictos del narcotráfico en los barrios de las ciudades y, la literatura reciente, digamos de los últimos veinte años, los conflictos en los pueblos que han sufrido y sufren el conflicto armado, proyectando en libros los conflictos de relatos que no están ubicados en ciudades y cuyo trato raya en lo solemne.
El trato que le da Barragán al tema del conflicto armado colombiano es diferente y más cercano al new weird y al surrealismo. Podría decirse que esto se debe, entre otras cosas, que el autor escribe desde el lugar de una generación de colombianos que asistieron siendo niños y como acto cotidiano a los años más cruentos del conflicto entre el estado y las guerrillas. Las FARC existen en esta narración paralela de la historia, tanto como los paramilitares y todo lo que ha traído la fusión puede observarse por el lector como una exposición alternativa de la percepción y el actuar que se tenía y tiene sobre estos grupos:
Durante la noche, la policía que había creado: paramilitares de las pasiones y los rollos emocionales, apareció en la calle donde Pacho se reunía con sus amigos a fumar bazuco. Aparecieron en una camioneta que no prendía luces y con placas falsas. Se bajaron siete personas, le preguntaron el nombre y en seguida le dieron un par de golpes, lo metieron en la camioneta mientras él lloraba […] Su cuerpo apareció en un caño con un tiro en la espalda dos días después, cuando unos niños del barrio La Perseverancia lo encontraron.
En El Gusano observamos la aparición de guerrilleros que se han mezclado con todo tipo de animales selváticos y la fusión parece, por un momento, presentarse como la materialización del ideal guerrillero de la empatía entre los colombianos de «abajo» y la pobreza; la fusión se proyecta como la reacción necesaria para superar la lucha de clases. Las FARC se convierten en una organización en la que sus integrantes se fusionan sin el temor de convertirse en seres con más de dos ojos, narices, bocas, extremidades, etc; pero también se fusionan con campesinos y secuestrados. Por lo mismo y cuando en el 2002 Álvaro Uribe llega al poder, la guerra se recrudece y entre los guerrilleros aparece una especie de justiciero al que llaman «El Pájaro», un guerrillero que se ha fusionado con golondrinas, lo que le permite esparcirse en pequeñas aves cuando el ejército está cerca. Barragán plantea de forma acertada la percepción maniquea que el gobierno inculcó en la sociedad colombiana de los guerrilleros como «monstruos», casi llevándolo hasta lo literal.
Sin embargo, el conflicto colombiano no es el único contexto bélico que paraleliza el libro. La guerra en Siria y el conflicto de los refugiados que huyen hacia Europa también sirve como fondo de los hechos y el punto de quiebre de la narración. Aquella niña siria que se fusiona con el narrador al principio de la historia ha vuelto como adulta a su país para convertirse en periodista. Nuestro narrador la observa en flashbacks que llegan hasta su psiquis en Bogotá (se ha mudado allí desde Timbío para estudiar en la universidad). La joven huye entre un grupo de refugiados que terminan llegando al campo de Mykonos, lugar que verá la aparición del gusano, ese ser compuesto por miles de cuerpos humanos que, ante la emoción compartida por el temor de los disparos de los soldados del campamento, huyen y se fusionan para crear una monstruosidad empática que comienza a recorrer el mundo ingresando a su ser las personas que va encontrando a su paso, hasta vaciar el planeta.
¿El Gusano es Dios?
Una idea, tal vez la más interesante de todas las que propone el libro de Barragán, es la asimilación que comienzan a hacer los seres humanos del gusano con la figura única del Dios abrahámico. Si bien las fusiones entre varios seres humanos terminaban convertidas en monstruos gigantes que se desarmaban en sus partes, la aparición del gusano de Mykonos lo cambia todo. Esta es una nueva criatura que puede mantener su forma gracias al miedo compartido de los refugiados en el momento de los disparos de los soldados del campo hacia sus cuerpos. Muchos terminarán uniéndose por decisión propia, ya que desean habitar el cuerpo divino y temen quedar fuera.
El gusano es un ser que lo sabe casi todo, porque como se titula en uno de los capítulos del libro, siete mil millones de cerebros piensan mejor que uno. En este punto de los hechos, el narrador, que estuvo el día del nacimiento del gusano en Mykonos, pasa del yo al nosotros. Ahora escuchamos al gusano y a sus millones de voces concentradas en solo una que acumula casi todas las experiencias, recuerdos, saberes, emociones y secretos humanos. Entre estos, la explicación sobre la fusión, su relación con el conflicto en el llamado oriente medio y los planes que se tienen para la humanidad:
Las propiedades de Dios habían estado incompletas, solamente porque no éramos conscientes de nuestro poder creador y habíamos estado controlados por emociones que nuestro cerebro primitivo nos dictaba. Ahora tenemos control sobre casi todas las cosas. La temperatura, la masa, la gravedad […] ya sabíamos con total certeza que Dios no existía, que nosotros éramos lo único que se acerca a ese concepto. La expresión última a la que el Gusano puede aspirar no es teológica, sino íntimamente humana.
Es el mismo gusano quien nos devela el trasfondo de todo lo que ocurrió en el mundo desde 1997, relacionado a la geopolítica y a los conflictos entre medio oriente y las potencias occidentales. Es el mismo gusano quien revela el secreto de la fusión en un ser que ha superado el racismo, la homofobia y la exclusión del otro, pero que debe eliminar a esas veinticuatro personas incapaces de fusionarse que aun habitan la Tierra, conocidas como «opuestos», para dar el siguiente paso hacia la perfección humana.
Finalmente, El Gusano de Luis Carlos Barragán, como se dijo al principio del texto, es una narración mutante de la que se extraen diferentes temas y símbolos que hacen del libro una obra que cumple con esa ley harto manoseada que habla de los mejores libros como de aquellos que no se agotan en una sola lectura. Las posibilidades son varias y van desde una posible lectura desde la óptica del género y los cuerpos binarios, la teología, la política internacional, la mitología antigua, la religión y la segunda venida del Cristo, el individualismo, la empatía y una que otra teoría conspirativa. Por lo mismo, también es necesario mencionar los recursos literarios de los que se vale Barragán y que abarcan narradores en primera y tercera persona o que hablan desde el yo hasta el nosotros. El Gusano es un libro con la capacidad suficiente para marcar un antes y un después entre la ciencia ficción que se escribe desde Colombia. Ojalá quienes buscan un espejo no deformado de la realidad en la literatura se encuentren con él.