Año: 2014
Editorial: Autopublicado
Género: Novela
Valoración: Mejor no
Hacía un tiempo que no traíamos ninguna reseña de un libro autopublicado, no porque haya pocos, que no es el caso, sino porque durante unas semanas nos ha sido imposible atender nuestra bandeja de lecturas pendientes como es debido. Ha tenido mucho que ver en ello el Premio Guillermo de Baskerville, claro. En fin, que hoy tenemos con nosotros Operación “la sangre del diablo”, 8ª novela de Pablo Carnicero.
La acción se desarrolla en 1944, cuando la Segunda Guerra Mundial entra en su fase final. El lugar es Estoril, puerto de la neutral Portugal, donde gran parte de las familias más poderosas de Europa se reúnen para escapar de los horrores del conflicto. Éste es el destino de James Villalobos, un soldado de las fuerzas especiales de Estados Unidos que ha sido dado de baja por sufrir una herida mientras servía en el frente francés. Villalobos es enviado por el servicio de inteligencia americano para vigilar a Jonathan Smith, un desertor también estadounidense, que se dedica a traficar con piezas de arte que salen ilegalmente del viejo continente con destino a América. La misión de Villalobos será infiltrarse en la organización llevada por Smith y ganarse su confianza para hacerse con un objeto muy preciado y que responde al nombre de La sangre del diablo.
Como siempre que tenemos entre nuestras manos un libro autoeditado, lo tratamos con mimo, intentando manejarlo con cuidado, como si de un recién nacido se tratase. Estamos predispuestos a encontrar no sólo erratas, sino ciertos fallos, más o menos graves, de concordancia, verosimilitud, ritmo, etc. No esperamos la calidad de lo que entendemos como un trabajo terminado, esto es, uno que ha superado un proceso editorial serio. Por ello, ya tenemos el cuerpo preparado para lo peor, y así también nos mantenemos accesibles a la llegada de gratas (aunque escasas) sorpresas para bien. Nuestra intención primera es ayudar a los nuevos autores, pero siempre de una forma honesta, eludiendo las siempre inútiles palmaditas en la espalda. Esto, además de ayudar al autor, es justo con los lectores, tanto los nuestros como los del propio escritor.
No sé si este preámbulo sirve para explicar la crítica que sigue, pero refleja mis intenciones a la hora de hablar de Operación “la sangre del diablo”, y para justificar por qué no me ha parecido un libro recomendable.
Mi impresión general después de haberlo leído es que no se ha aprovechado todo el potencial de la historia. El planteamiento es atractivo, y el marco de la Segunda Guerra Mundial es siempre sugerente. Sin embargo, Pablo Carnicero se ha limitado a contar una historia lineal, tanto en el espacio como en el tiempo, donde el lector asiste a una sucesión de capítulos en los que el protagonista va del punto A al punto B casi sin despeinarse. Los otros personajes implicados apenas consiguen inquietarle lo más mínimo, tanto es así que basta haber leído menos de la mitad de la novela para intuir que nada va a impedir al héroe salirse con la suya. Este Villalobos es una especie de James Bond, sólo que más joven, más guapo y mejor. Y punto.
Efectivamente, al pasar las páginas se descubre que no hay ni un solo giro argumental, ni un sobresalto, ni un leve contratiempo que detenga al increíble protagonista en su camino al éxito absoluto.
También se acusa una marcada falta de profundidad, ya no sólo en la trama en sí, sino en los personajes y las situaciones. Es cierto que no es el tipo de libro que requiera de sus personajes una psicología muy elaborada, pero es que resultan demasiado simples y grises. Esto, unido a una narración poco fluida (demasiadas descripciones, datos innecesarios, y abundantes redundancias), y unos diálogos que no consiguen escapar de esta ausencia de profundidad, hacen de Operación “la sangre del diablo” un libro plano y predecible, que no se merece las 3-4 horas que requiere su lectura.