Varias Autoras: Alucinadas III

Otros mejores libros independientes de 2017. Alucinadas III. Libros Prohibidos

Año: 2017
Editorial: Palabaristas Press
Género: Antología de relatos (Ciencia ficción)
Coordinadoras: María Angulo y Elena Clemente

Las chicas son guerreras (y escriben ciencia ficción)

La princesa Leia, la teniente Ripley, Sarah Connor, Susan Calvin… Aunque se trate de un género tradicionalmente hecho por y para hombres, no se puede negar que la ciencia ficción cuenta con numerosos e interesantes personajes femeninos, algunos de ellos ejemplo de empoderamiento y de igualdad de género. Princesas guerreras, androides rebeldes, brillantes científicas… La mayoría de estos personajes, sin embargo, resultan altamente estereotipados, una simple imitación del comportamiento del hombre con el chasis de un hermoso cuerpo de mujer.

Es evidente que para acabar con esta tendencia, muy presente incluso hoy en día, la solución es aumentar el número de autoras que cultiven este género. «¿Escriben las mujeres ciencia ficción?» se preguntan las editoras de Alucinadas III en la contraportada del libro . Por supuesto que sí, respondería yo, pero todavía no lo suficiente, sobre todo en España. Por esta razón, iniciativas como estas son tan necesarias.

princesa leia¿Por qué una antología exclusivamente femenina?

En el brillante prólogo que introduce esta antología, la experta y pionera de la ciencia ficción española, Lola Robles, asegura que una posible causa de que la mujer no esté lo suficientemente interesada en este género sea que «no hemos empezado a conocer este tipo de literatura con obras que nos puedan atraer realmente. […] El no haber conocido textos con los que sentirse identificadas, influye directamente en el menor porcentaje de escritoras y así todo se convierte en un círculo vicioso». La prologuista también habla de la dificultad de publicar debido a la reticencia de los editores a incluir en sus catálogos a mujeres escritoras y de otros problemas, a veces insalvables, que se encuentran las autoras de ciencia ficción.

Por suerte, cada vez hay más iniciativas para acabar con ese circulo vicioso. Antologías exclusivamente femeninas como la misma Alucinadas, She was so bad (Aloha Ediciones) o el Primer Premio Ripley de Ciencia Ficción y Terror (Triskel Ediciones) son un buen ejemplo de ello. Aunque no estén exentas de cierta polémica («¿Y para cuando una antología sólo para hombres?», siempre hay algún personaje —mayormente masculino— que se lo pregunta cada vez que se lanza una convocatoria de este tipo), en general, suelen ser muy bien recibidas, tanto por parte del publico como de las mismas autoras.

Temáticas muy diferentes

En esta tercera entrega, Alucinadas sigue sorprendiendo por el altísimo nivel de las obras seleccionadas, señal de que la ciencia ficción escrita por mujeres cuenta con una muy buena salud en nuestro país. Con temáticas, estilos e intenciones muy diferentes, los once relatos que conforman esta antología tienen un común la calidad literaria y la gran imaginación de las autoras. En Alucinadas III vemos distopías terribles, extraños viajes, contactos con androides e inteligencias artificiales de la naturaleza más variada, entre otros temas, todo ello tratado con inteligencia, originalidad e inspiración.

Presentación de Alucinadas III en la librería Gigamesh de Barcelona. Foto cedida por M.A. Escayol

Presentación de Alucinadas III en la librería Gigamesh de Barcelona. De izquierda a derecha, Sofía Rhei, Gloria T. Dauden, María Antonia Martí Escayol y Iulia Olmeda Alguacil. Foto cedida por M.A. Martí Escayol

En cuanto a los relatos seleccionados, destacaría obviamente «La Teoría del todo y la nada» de Mariana Rodríguez Jurado, la merecidísima obra ganadora del premio especial. La historia trata de unos padres que viven con impotencia la agonía de su hijo, en coma tras sufrir un accidente. Al mismo tiempo, la madre del joven, una prestigiosa científica, empieza a tener una serie de experiencias inexplicables en las que la realidad parece desdoblarse en un universo paralelo. El tono intenso y dramático del relato se entreteje con maestría con textos científicos sobre física cuántica, unas inserciones en apariencia ajenas al eje central de la historia pero que, poco a poco, se van fundiendo con el tema principal hasta el desenlace final.

Las posibilidades de otras Eugenias y otros Carlos parpadean como fuegos artificiales, casi existiendo, luego desvaneciéndose. El eco de Eugenia que lloraba en el piso hace horas que se ha borrado.

«El grupo que lo controla todo», de Sofía Rhei, es uno de los relatos más divertidos de la antología. Un grupo de expertos se reúnen en las denominadas Olimpiadas Lingüísticas para elegir el próximo lenguaje oficial. La protagonista es Sunny, uno de los miembros del jurado que, junto a sus tres maridos (los tres un poco tontos), asiste al acontecimiento. Simpático e inspirado, destacaría su ritmo endiablado, propio de una comedia de enredo, y su originalidad a la hora de invertir los roles de genero.

En «La Máquina de los recuerdos» de Miriam Álvarez Elvira nos volvemos a poner serios con una historia sobre viajes en el tiempo desarrollada en el ámbito científico.

«La Tierra que se marcha», de Carmen Romero Lorenzo, es un simpático relato que nos habla con tono humorístico y castizo de las consecuencias de mantener relaciones sexuales sin protección con alienígenas. Divertido y sin complejos, ofrece una lectura amena en el que las carcajadas están garantizadas.

«Margaret», de María Antonia Martí Escayol, es una ida de olla maravillosa sobre la vida de la escritora y aristócrata inglesa Margaret Cavendish. La autora, mediante al manejo de un lenguaje abigarrado, y descolocando continuamente al lector con inesperados saltos argumentales, nos ofrece un derroche de originalidad e imaginación muy poco habituales en la literatura contemporánea. En definitiva, una apasionante montaña rusa literaria complicada pero, al mismo tiempo, divertidísima y apasionante. Chapeau.

En las antípodas de «Margaret» está «Poliarnik», el precioso y desolador relato de Iulia Olmeda Alguacil. Siguiendo la tradición de la ciencia ficción más hard (la sombra de Stanislaw Lem es alargada), estamos ante una bellísima composición ambientada en el desolador paisaje de Siberia que nos habla de la soledad y la incomunicación del ser humano en un mundo que no comprende. Con una prosa desnuda y, al mismo tiempo, estremecedora, la autora, con un hábil manejo dosificando la información, nos lleva de la mano a un angustioso y triste final. Genial.

El frío lo golpea como una bofetada. No importa que lleve media vida aquí,  nunca se acostumbrará a la temperatura extrema. Avanza poco a poco en la nieve, con pasos cortos y ayudándose de bastones. Lo único que se oye en verstas y verstas a la redonda son sus pasos que crujen.

«Yo, Cuqui» de Laura López Alfranca es otro de los relatos que me han hecho reír. Deliciosamente frívolo en su superficie, pero crítico y terrible en su interior.

En «Trasvase», de Gloria T. Dauden, se lleva a cabo una nueva vuelta de tuerca al clásico tema del teletransporte. Mediante «TRAVELease» las personas se trasladan de un lugar a otro de una forma muy extraña y no daremos más pistas para evitar el destripe. Un fallo en el sistema hará que la protagonista y su admirado compañero de viaje, un famoso artista, empiecen a experimentar una angustiosa transformación. La autora hace que el lector viva en carne propia el dolor tanto físico como mental que sufren los personajes. Un relato que duele.

Irene Robles nos explica cómo es el día a día de una oficina de correos del futuro en «Realidad 10.4.2». A través de esta oficina exploramos lo que parece una nueva dimensión tanto física como temporal. Desconcertante a principio, a medida que va avanzando la trama gana en calidad e interés.

«Chapa», de Chus Álvarez, es otro de mis relatos favoritos en Alucinadas III. A pesar de que la historia en sí no tiene nada de especial (se trata de la típica y tópica crónica policíaca del submundo), el lenguaje utilizado y la composición de los dos personajes principales me ha fascinado. Como en La Naranja Mecánica de Anthony Burguess, la autora tiene la valentía de inventar un argot propio que, aunque en un principio dificulta la comprensión, aporta un dinamismo y una originalidad al relato realmente admirables. En «Chapa» se habla de forma divertida pero no exenta de crítica de las diferencias de género en un futuro distópico en el que, además de los sexos que ya conocemos, se incorporan otras posibilidades como consecuencia de la irrupción de los cyborgs.

Como no podría ser de otra manera, uno de los relatos estrella de la antología es «Tres», de la leyenda viva de la ciencia ficción femenina, Elia Barceló. Ameno, divertido y maliciosamente crítico, es un relato que he disfrutado muchísimo. La autora nos habla de una sociedad en la que las mujeres ejercen una suerte de matriarcado en el que los hombres son meros esclavos, destinados únicamente a la procreación y al placer sexual. La historia está tan bien llevada, los protagonistas son tan auténticos y, al mismo tiempo, aberrantes que, tras leer este relato lo único que queda por hacer es levantarse y aplaudir. La veteranía es un grado.

En definitiva, una lectura muy recomendable y amena. Larga vida a Alucinadas.

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