Javier Miró: Ojalá tú nunca

Ojalá. Libros Prohibidos

Título: Ojalá tú nunca
Año: 2020
Editorial: Insólita
Género: Novela corta (ciencia ficción, thriller)

Obra perteneciente a la sección oficial de los Premios Guillermo de Baskerville 2020

Una apuesta arriesgada solventada con éxito

Antes de empezar esta reseña tengo que hacer una advertencia. Te recomiendo, amigo lector, que leas Ojalá tú nunca sin saber nada de ella. No leas la sinopsis de la editorial ni reseña alguna. Sí, has leído bien. No leas nada, ni siquiera esta reseña (aunque me he propuesto contar muy poco en ella), hasta haber leído el libro. Disfrutarás más de la novela de Javier Miró. Si antes de empezar la lectura necesitas saber si es una novela recomendable, te digo desde ya que sí, que es muy buena. Y si pese a todo sigues queriendo leer esta reseña antes que el libro, intentaré explicar por qué me ha gustado, eso sí, sin destriparlo demasiado.

Ojalá tú nunca empieza con la primera en la frente: tras la frase introductoria de John Rawls (Los principios de la justicia se escogen tras un velo de ignorancia), donde debería poner capítulo 1, pone… 21. ¿Será un error? Superada la sorpresa inicial, empezamos a leer. La acción comienza con un in media res de manual: el protagonista con la mejilla aplastada contra el suelo y la certeza de que se está muriendo. A partir de ahí, la locura…

César se muere. Es una certeza tan rotunda como el suelo que le aplasta la mejilla. La consciencia ya ha empezado a abandonarle, y eso evita que el pánico se desate. Mejor así.

Acción, mucha acción

César no sabe quién es ni por qué es perseguido. Partiendo de esa base, Javier Miró nos sitúa en un Madrid ucrónico de finales de los setenta, un Madrid raruno que no se parece mucho, más bien nada, a la ciudad donde se redactó la Constitución que tenemos en vigor y a la que, todo sea dicho, después de más de cuarenta años creo que hace falta darle una vuelta (o dos). Pero ese es otro tema…

Javier Miró. Libros ProhibidosPocas veces el comienzo de una novela me ha resultado más desconcertante que el de Ojalá tú nunca. Punto para el autor. El caso es que la lectura nos lleva de sorpresa en sorpresa; la historia es buena, de esas repletas de acción, con su intriga, su trasfondo y su miga bien repartidos. Su lectura es ágil y estoy seguro de que muchos la leerán de una sentada. Es más, recomiendo que sea así. Al fin y al cabo, sus algo más de ciento cincuenta páginas pasan volando e incluso dejan al lector con ganas de más. En este caso, la misma historia nos ofrece una buena solución… solución que no desvelaré aquí, pero que haberla, hayla.

Manipula el pomo con la torpeza que le dan los nervios. Sus guantes parecen haber crecido de golpe tres tallas. Gira uno a uno los anillos. Se cerciora hasta cuatro veces de que están como él quiere. Pulsa el botón con una incertidumbre difícil de asumir.

Sigamos poniendo etiquetas: la novela es un thriller con un ritmo endiablado que obliga al lector a devorar página tras páginas hasta su final. Pero más allá de todas las virtudes del libro de Javier Miró, quiero compartir algo más que me ha transmitido; algo que, si no me falla la memoria, que creo que no, nunca había experimentado. No sé si será una impresión personal e intransferible o generalizada, ni sé si seré capaz de explicarla bien, pero allá voy.

Capítulo a capítulo, una extraña sensación va creciendo en el cerebro del lector. La técnica utilizada por Miró para construir la novela provoca un curioso fenómeno de lectura paralela, la aparición de una cara B que se va ordenando en la mente, de forma muy sutil al principio y más evidente a medida que avanza la lectura. Esto es algo que enriquece la lectura y que no sé, insisto, si se trata de una impresión mía o si también la tendrán otros lectores. Habrá que preguntar al autor qué extraño sortilegio ha invocado para lograr dicho efecto, aunque puede resumirse en una palabra: trabajo. Mucho trabajo.

Un reloj de los buenos

Ojalá tú nunca es un mecanismo de precisión donde todo encaja. El artefacto de Javier Miró está compuesto por piezas de un engranaje ensamblado a la perfección. Más allá de la buena historia pergeñada, la estructura de la novela es la joya de la corona y la que la dota de una originalidad muy de agradecer en estos tiempos de tanta repetición. He leído por ahí que es uno de esos libros que hacen que te reviente la cabeza, y así es.

Javier Miró nació en Sevilla en 1981. Es escritor, editor, asesor literario, profesor de narrativa, divulgador cultural y exitoso youtuber, además de haber fundado, allá por 2013, esta revista literaria. Ha publicado relatos en diversos medios y es el director de la asesoría literaria y editorial Autorquía. Ojalá tú nunca es su tercera novela, después de Rebelión 20.06.19 (Triskel Ediciones, 2014) y La Armadura de la Luz (Minotauro, 2017). De momento solo existe en versión digital, pero estoy seguro de que pronto podremos disfrutarla también en papel.

No suelo releer libros, pero sé que volveré a este. Si lo has leído, sabrás por qué. Y si no te has adentrado aún en sus páginas, ¿a qué esperas?

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