La casa al final de Needless Street — Catriona Ward

La casa al final de Needless Street. Portada. Libros prohibidos

Título: La casa al final de Needless Street
Autora: Catriona Ward
Título original:The Last House on Needless Street
Idioma original: Inglés
Año: 2021
Editorial: Alianza editorial (2021)
Traducción: Cristina Macía Orio
Género: Novela (terror)

Catriona Ward es una autora que ha ganado varios premios, entre ellos el Shirley Jackson en 2019. La casa al final de Needless Street es una novela de terror que, sin elementos fantasiosos, consigue asustarte.

Debutó en el género de la novela con Rawblood, obteniendo el premio August Derleth. La segunda, Little Eve, obtuvo el premio Shirley Jackson y el Agust Derleth, convirtiéndose en la primera mujer en ganar este último dos veces. También ha escrito relatos que han aparecido en numerosas antologías. Y de la que hoy voy a hablar es su tercera novela publicada.

Una niña desaparecida

La casa al final de Needless Street empieza con la desaparición de La niña del helado, una chiquilla que desapareció junto al lago un día de verano. Esto fue algo que afectó muchísimo a su familia, rompiéndose en pedazos tan pequeños que era imposible volver a pegarlos. Es la historia de esa niña y de su hermana, que años después de la desaparición está decidida a pillar al asesino, algo que la policía no ha logrado hacer. Por eso, siendo ya una adulta, se muda a Needless Street para pillarle infraganti. ¿Lo logrará?

A lo largo de la novela podremos leer distintos puntos de vista: el de una niña llamada Lauren, el de Ted, el de la gata de Ted, y el de Dee, la hermana de Lulu, la niña desaparecida. Todos ellos nos van dando distintas perspectivas de un mismo escenario: La casa. Al principio, todas estas voces te chocan y te confunden, no sabiendo muy bien lo que estás leyendo. Incluso, tengo que decir, me quejé un poco de una de ellas. Pero según avanzas, todo va encajando a la perfección y tiene sentido. Además, cada una tiene su propia personalidad y se distinguen también unas de otras que no te confunden en ningún momento. Y todo eso, claro, da al lector más ganas de resolver el gran enigma: qué pasó con la niña del helado.

No se puede saber cómo es una persona por lo que hace. Se pueden hacer cosas malas sin ser mala persona. Las malas personas pueden hacer cosas buenas por casualidad.

Ninguna de las voces es elegida al azar, por supuesto. Sobre todo la de Ted, un hombre de mediana edad que vive en una casa grande con las ventanas tapiadas y que jamás tiene visitas. La policía le investigó cuando la cría desapareció, al igual que a los demás hombres de su barrio, aunque él fue el único que salió en los periódicos. Su personalidad y su estilo de vida hacen que la Dee esté segura de que fue él. Además, hay gente que le pregunta dónde está su madre y él siempre dice que se ha ido fuera. ¿Pero es cierto? Y si es así, ¿a dónde se fue la madre de Ted? Sea o no el culpable, es algo que tendréis que averiguar y esto es algo que me parece muy interesante, pues te hace pensar en las consecuencias de la desinformación.

¿Conseguirá Dee demostrar que fue él? ¿Fue Ted de verdad o es solo una víctima de la prensa?

El terror no es solo sustos

Una de las razones por las que no me gustan las películas de terror es porque parece que los directores se pelean por ver cuántos sustos son capaces de darte o cuántas veces son capaces de darte arcadas. Sé que hay personas a las que les gusta, pero yo prefiero ese terror que te tiene en tensión toda la película. El psicológico, vamos. Y yo metería a esta novela en esa categoría.

La casa al final de Needless Street es una novela en la que cada elemento está puesto sutilmente para meterte el miedo y la angustia en el cuerpo. Cada escena dentro de la casa es asfixiante y pareces sentir el ambiente cargado y sucio de la novela, disgustándote página tras página mientras te zambulles más y más en el misterio.

La primera parte parece que te va preparando, te da pequeñas pistas y te va ahogando sin que te des cuenta. En la segunda empieza la parte más cruenta, porque si bien esto no es nada gore, sí que hay descripciones bastante desagradables que si eres muy sensible podrían afectarte. Eso sí, no se recrea en lo más cruento, algo que agradezco muchísimo.

Los dioses están más cerca de lo que imaginamos. Viven entre los árboles, detrás de una piel tan fina que basta rascar con una uña para desgarrarla.

También se sirve de un bosque al que Ted entra de vez en cuando, yendo a un sitio que nunca se nos enseña y al que Dee intenta seguirle. ¿A dónde va? ¿Qué es lo que hace allí? Tiene algo que ver con unos dioses de los que el hombre siempre habla y de unos niños verdes, pero al principio no sabemos mucho más. Y eso hace que nuestra imaginación se dispare, porque otro elemento que usa Ward es nuestra imaginación, nos deja pequeños detalles que hacen que pensemos en lo que puede o no ser.

La autora se sirve de la ambientación para meterte el miedo en el cuerpo. Pero no solo utiliza la casa, sino que también la comida, la ropa, las acciones de los personajes y el olor son los que se encargan de transmitírtelo. Desde luego usa los cinco sentidos a las mil maravillas, logrando su objetivo.

Enfermedades mentales

Hablar de esto y de toda la novela es muy difícil sin soltar ningún spoiler. Creo que es la vez que más me ha costado escribir mi opinión sobre un libro, la verdad, porque lo que quiero hacer es diseccionar cada parte de la novela y dejárosla sobre una bandeja mientras os hago una disertación sobre el tema. Por supuesto, no voy a hacerlo, pero sí que me gustaría hablar brevemente de las enfermedades mentales.

Al final de la historia hay un pequeño apartado que habla de las enfermedades mentales y que, como la autora, os invito a que lo leáis cuando hayáis acabado y no antes. Porque sí, este libro habla de las enfermedades mentales y de una forma bastante interesante. Y con respeto.

¿Cuántas veces se puede doblar alguien antes de romperse para siempre? Hay que tener cuidado cuando se trata con cosas rotas. A veces ceden y rompen otras.

Siempre me da miedo coger una novela sobre enfermedades mentales porque no sé cómo lo van a hacer. Muchos tienden a convertir a los enfermos en monstruos, al igual que hacen con las personas con malformaciones u otro tipo de enfermedades. Y es algo que me da rabia. Me empecé a fijar a raíz de que Jenn Campbell, una autora británica, hablara sobre el tema y lo denunciara.

Pero Catriona Ward lo hace muy bien porque se ha informado (te da su extensa bibliografía), se puesto en contacto con personas que lo sufren y ha tratado de que todo fuera lo más respetuoso posible. Voy a respetar el deseo de la autora de no desvelar nada más, pero os invito a leerla y a dejaros llevar por la novela, sin prejuicios.

 

En conclusión, si os apetece una novela de terror psicológico, con grandes personajes y una casa destartalada no podéis perderos esta novela.

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