Los fanfiction son solo una fracción de la llamada parte transformadora de cualquier fandom. Esta parte suele estar castigada por temas de derechos de autor y por aquellos más puristas que prefieren aquella parte consumista y de colección. La parte transformadora va más allá y altera el canon, cosa que no siempre es bien percibida, ni por algunos de los fans más acérrimos ni por los propios creadores, que quieren tener absoluto control de su obra e interpretaciones. Los cosplays, fanarts y fanfics son los pilares de este resquicio creativo. Son obras de fans para fans, y, a pesar de que no hay o no suele haber una monetización por estos trabajos, se persigue. Cabe destacar la alta presencia femenina en este campo con respecto al otro, que se basaría más en el análisis más fiel de la obra, aprendizaje de esta y recolección de datos y colección de merchandaising oficial.
Hemos oído mucho de las batallas legales de Anne Rice contra los fanfiquers de sus libros, la opinión de George R.R. Martin en contra de los fanfics en general y también cómo J.K. Rowling ignora lo importante que ha sido su propio fandom para tanta gente y todos los diversos análisis y teorizaciones que se han hecho de su obra.
Pero no todos los autores están en contra de escribir fanfiction. Muchos están a favor, les encanta, lo piden, lo buscan e incluso han escrito ellos mismos… ¡y los hay que siguen haciéndolo!
Es importante, cada cierto tiempo, reivindicar este tipo de literatura tan denostado por aquellos que apenas lo conocen. Porque es curioso que la gente que está en contra siempre acaba preguntándose lo mismo: ¿por qué lo hacen?
Y esa es una pregunta con multitud de respuestas. Y gracias a muchos de los autores del fantástico internacionales que triunfan ahora podemos saberlo y entenderlo mejor.
Todas las razones para escribir fanfiction son válidas
Seanan McGuire, la autora de Cada corazón, un umbral, es quien se ha pronunciado con más extensión sobre el tema, hablando en un largo hilo de como comenzó todo ella misma. Lo hizo con seis años, algo normal ya que la mayoría de los escritores empezamos jóvenes y copiando de lo que consumimos. También hacemos algo llamado self-insert, que es introducirte en la historia en forma de personaje para poder vivir las fantasías creadas e ilusionarte más con lo que haces. Es parte del aprendizaje de la escritura. Además de copiar se modifica y transforma para incluir todo aquello que nos gusta. No es solo plagio. A pesar de tener un esqueleto que no es del todo nuestro, esas modificaciones realizadas sí son originales y van conformando parte de la identidad como autores.
Por tanto, podríamos decir que hay dos razones por las que McGuire cree que se escriben fanfics y lo defiende. Primero, porque es una forma de aprendizaje en la escritura. Esta es la razón que más gente conoce y defiende, pero no es la única ni la más válida o correcta. En segundo lugar tenemos la manera en la que muchas chicas consiguen ser protagonistas de historias en las que no se ven representadas. Y es que no podemos hablar de fanfiction sin mencionar a las adolescentes queer como la mayoría. Y, a pesar de esto, nunca debemos olvidarnos de las minorías porque nos estaríamos perdiendo muchas obras y muy buenas.
Otro de los autores que se ha visto defendiendo los fanfics es Neil Gaiman. Ha hecho múltiples declaraciones para ello: desde decir que ha ganado el Hugo por una obra que es un fanfiction de Sherlock Holmes/H.P.Lovecraft hasta decir que es una forma de literatura que debe existir sin reservas y sin la bendición de los autores originales. Es vehemente en su discurso y también ha respondido a preguntas relacionadas con ellos sobre Buenos presagios ya que, en parte, su éxito se debe al fandom y sus creaciones.
Lo único que no hace Gaiman es leer fanfictions de sus propias obras por cuestiones legales de derechos de autor. Esto es algo que hacen prácticamente todos los autores.
Hay que recordar que el fenómeno nace de fan para fan, no para que lo lea el creador.
En su cuenta de twitter, el propio Gaiman ha enlazado un fanfic que tiene en Tor.com llamado «I, Chtulhu» sin esconder que lo es en ningún momento ni decir que es inspiración o algo basado en la obra de H.P. Lovecraft. Lo llama fanfic y eso es suficiente defensa. Por ello, podríamos decir que las razones que da este autor para escribir fanfics es que le nacen ideas de las obras que consume y no quiere reprimirse en crearlas porque también son parcialmente suyas.
Puede que haya razones negativas con respecto a la obra original para escribir fanfictions, pero es ideal centrarse en las positivas para entender el gran impacto de esta práctica
N.K. Jemisin ha apoyado a Seanan McGuire en sus razones y ha dicho que ella es fanfiquer actualmente pero usa pseudónimos. Sí, una autora más que reconocida y premiada utiliza parte de su tiempo en crear contenido gratuito en fandoms que ama para otros fans. ¿Razones? Porque quiere.
Otra autora se suma a la razón de querer divertirse es Kameron Hurley. Mientras hacía un livetweeting de cómo veía la serie The Witcher en Netflix, bromeó con hacer un fanfic con Renfri ya que había quedado cautivada con el personaje del primer capítulo. Un tiempo más tarde dijo que básicamente la historia corta que postearía ese mes en su Patreon era un fic de Renfri/Nev porque la vida es corta. A pesar de que por temas de derechos de autor probablemente ese personaje no se llame como tal pero sea el mismo, las razones que tiene Hurley para esto son las de diversión y las de apego a un personaje del que se desea más contenido. Todo positivo y desde la admiración. Y es que muchas veces, de forma errónea, se piensa que solo se escriben fics para enmendar errores que ha cometido el autor original. Y, aunque esta es una de las muchas razones por las que se puede empezar a escribir fanfiction, no es la principal ni en la que se debería pensar. Generalmente los fandoms comienzan de forma positiva. Este es un gran ejemplo de ello.
A Aliette de Bodard se la ha podido ver interactuando con lectores que estaban entusiasmados por uno de sus libros y decepcionados por la poca cantidad de fanfics que había de la novela. Se ha sentido agradecida cuando le han dicho que se merece muchos fanfictions, ha expresado que está a favor de que los hagan y que no se interpondría de ninguna manera. Bodard ve el fenómeno como una forma de halago al autor original. Y es que lo son si el propio autor entiende por qué los hacen. Porque quieren más de esos personajes creados, porque necesitan probar dinámicas diferentes entre ellos o incluso porque quieren invitar a más gente a descubrir la ficción original a través de motivos que ya conocen y les gustan.
Parece que a raíz de estas conversaciones surgieron los fanfics y en diciembre de 2019 dijo que era un logro vital el aparecer como escritora en AO3 porque hubiesen escrito un fic de su última novela.
Escribir fanfics amplía los fandoms, los mantiene vivos y hace más relevantes las obras ya que tienen más resonancia y capacidad de atraer a más lectores.
El acercamiento que se debe hacer al fenómeno fanfiction
Los fanfiction siempre van a estar ahí. Ya sean escritos por personas que están comenzando sus andaduras en la escritura, como por profesionales con un largo recorrido y un pseudónimo. También habrá gente ferozmente en contra de esta práctica y también aquellos a favor. La web AO3 ganó el Hugo en 2019 con lo que ello significa. No se premiaban todas las obras albergadas en el archivo sino la labor de que exista ese archivo con filtros específicos y fácil uso y el trabajo de todos los voluntarios que lo hacen posible. AO3 cuenta con un equipo legal que ayuda a aquellos fans que han sido denunciados por los autores cuyas obras homenajean porque creen en que cualquiera debería ser libre de poder usar las obras si no se están lucrando.
Debe de ser un duro golpe para alguien escribir algo desde la más profunda admiración y que el autor de esa obra que tanto ha significado para ti te denuncie y te silencie. Es por eso que es importante que se conozcan todas las posibles razones por las que se escriben los fics. Del entendimiento nace la tolerancia. Y este fenómeno tan denostado necesita que se le valore con la importancia que tiene.
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