Vallparadís – Inés Galiano

Vallparadís. Portada.

Título: Vallparadís

Autora: Inés Galiano

Ilustraciones: ISouru

Año: 2021

Género: Novelette (Fantasía)

Inés Galiano autopublica este novelette que sobre los muñecos de un viejo recinto ferial que cobran consciencia y movimiento, para tener una vida privada cuando no hay visitantes.

Habían pasado más de veinte años desde que el recinto Vallparadís cerró oficialmente sus puertas al público y casi diez desde que los primeros integrantes de la feria se habían atrevido a dejar atrás su apariencia de estatuas y muñecas.

La protagonista de esta historia, Grace O’Malley, es la capitana de un barco pirata… de un barco pirata de feria, claro. Grace es una muñeca de madera, como muchos de sus vecinos. Los otros personajes que pueblan el relato son los arrogantes caballos del tiovivo, la aterradora bruja del túnel de terror, los salvajes peluches de la caseta de tiros y algunas estatuas con el ego un poco subido.

Harta de las discusiones con sus vecinos y atrapada en una atracción que ya nadie visita, Grace decide abandonar el recinto ferial en busca de aventuras, a pesar de que no tiene ni idea de cómo es el mundo exterior. Pero algo ocurre que la hace volver y la obligará a solventar las diferencias con sus compañeros para salvar su hogar.

Vallparadís es una aventura de fantasía llena de humor, que habla sobre aprender a ser feliz donde estás y sobre la amenaza de la gentrificación.

Días de feria

Al ser una novela de tan corta extensión, es difícil hablar del argumento sin destriparlo, así que para la reseña voy a centrarme más en el contexto.

Prácticamente toda la acción sucede en un único escenario, que es el recinto ferial. Los protagonistas han estado en Vallparadís prácticamente desde que los fabricaron y por eso su conocimiento del mundo se limita a lo que han vivido allí, aunque tienen ciertas reminiscencias del papel que les corresponde. Por ejemplo: la protagonista es la figura de una capitana pirata, así que tiene el comportamiento y la visión del mundo de una marinera, pero todo eso pertenece a la ficción porque ella jamás ha vivido en el mundo exterior.

Una extraña sensación comenzó a invadir cada fibra y astilla del cuerpo de Grace. Si no hubiera sido la primera vez que la experomentaba, la hubiera reconocido como miedo a lo desconocido. Tantas palabras extrañas no tenían ningún sentido para ella. ¿No había brujas, esqueletos, pulpos y unicornios en el mundo real?

Como ambientación, una feria tiene mucho juego. La feria es de esos lugares fuera de las limitaciones del mundo normal, donde puede pasar cualquier cosa. Al menos en mi imaginación claro, porque desde luego las ferias que yo he conocido no tienen tanto encanto: están en descampados, las atracciones no inspiran mucha seguridad y si hay alguna figurita son de esas que dan miedo sin quererlo. Pero que la realidad no nos arruine laVallparadís. Feria. imaginación, no necesito haberlo experimentado para imaginarme una feria llena de encanto, donde los problemas de la vida real quedan atrás. En Vallparadís nos describen una feria donde los enamorados van a besarse y los niños acuden en masa al acabar la escuela. O al menos, así era en sus buenos tiempos.

La feria ya ha pasado su mejor época y hace mucho que no tiene visitantes, a las atracciones las han abandonado y han dejado que se les caiga la pintura y se les oxiden los mecanismos.

En este mundo que solo existe para la diversión y la imaginación, podemos creernos que las estatuas cobren vida, sin necesidad de una explicación. La historia tiene trazas de realismo mágico, ya que no hay una explicación a por qué las estatuas cobran vida y ellas lo han asumido como algo normal.

Lectura con sabor a infancia

Ya he dicho antes que la feria es un escenario muy jugoso para ambientar una historia, y si es una feria abandonada se le añade un aire melancólico, como un mundo que se ha perdido. Es la sensación de la infancia que ya pasó.

El sentimiento que me invadía al leer el libro, era de nostalgia. De ser niña en un parque de atracciones, pero no solo eso. Vallparadís me ha recordado a mis lecturas en la época del colegio, esos libros finitos con historias divertidas y ligeras que me tragaba en una tarde o dos y me dejaban con una sensación agradable.

Para acabar la reseña, quiero alabar el buen trabajo de maquetación y también las ilustraciones de iSouru (Laia P. Ávila), responsable de la portada y de las ilustraciones al principio de cada capítulo.

 

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