Obra finalista de los Premios Guillermo de Baskerville 2017
Título completo: Despertares: Una Historia del Metaverso
Año: 2016
Editorial: Sportula (2017)
Género: Ciencia Ficción
Valoración: Recomendable
Una distopía fascinante
Decir que el futuro de la ciencia ficción en nuestro país está en manos de mujeres no es ninguna bravuconada. Autoras como Elia Barceló, Lola Robles, Layla Martínez, Sofía Rhei, Cristina Jurado y la escritora que nos ocupa, Felicidad Martínez, cada vez están más presentes en un género que siempre ha sido tradicionalmente masculino. Y la «culpa» de esta mayor visibilidad la tiene, en parte, Alucinadas: Antología de Relatos de Ciencia Ficción escrita por Mujeres, una antología que se edita anualmente y que realiza una muy acertada selección de las autoras más emergentes del género.
Además de escritora de ciencia ficción, Felicidad Martínez es ingeniera técnica en diseño industrial, ha publicado numerosos relatos en varias antologías (incluida la citada Alucinadas) y dos novelas, Horizonte lunar y Los rostros del pasado. Su última obra es la compilación de cuatro novelas cortas, La Mirada Extraña.
Una acertada dosificación de la información
Despertares es una novela que apareció por primera vez en Leyendas del Metaverso, (2016), una antología ambientada en un escenario space opera creado por Víctor Conde, y que cuenta con autores como Eduardo Vaquerizo, Susana Vallejo y el mismo Víctor Conde, entre otros.
La acción transcurre en Sphère, un lugar indeterminado en el que se desarrolla una sociedad distópica, un mundo al revés en el que la ciencia es la religión y la religión el anatema y, como tal, es perseguida. Una sociedad en la que conviven dos especies distintas: la que parece ser la más evolucionada, la perteneciente a los filósofos y los profetas, que está tan cegada por su propia soberbia intelectual que es incapaz de ver lo que se le viene encima; y la que, en teoría, es la especie inferior, pero que resulta ser más consciente de la realidad.
Dividida en cinco partes, Despertares sorprende por la acertada dosificación de la información. Aunque, a medida que va transcurriendo la narración, la autora nos va dejando a su paso pistas o claves muy sutiles, no es hasta el final cuando somos conscientes de la verdadera realidad. Pero, contrariamente a lo que pueda parecer, no se trata de un final sorprendente, de un deus ex machina sacado de la manga, sino de un final lógico y, al mismo tiempo, inesperado. Un malabarismo literario que muy pocos autores son capaces de conseguir y que Felicidad Martínez resuelve con eficacia.
Cruce de tramas y diálogos contundentes
La narración se desarrolla a través de dos tramas que no se unen hasta el final. La primera está protagonizada por Rampante, un intrépido aventurero, y la reina Barrigona, que es capaz de conocer el futuro a través de los sueños.
–Pues yo llevo días soñando con ello, sintiéndolo, oliéndolo. Algo que nos acecha entre los resquicios de la realidad, dispuesto a hacernos desaparecer del mundo como si nunca hubiéramos existido. Debemos reaccionar pronto, y si eso significa…
En la segunda trama, Colline, una niña de nueve años, alarma a sus padres por sus poderes paranormales. En una sociedad presidida por la ciencia en la que todo lo que no se puede explicar de forma empírica debe ser aniquilado, Colline está en peligro. El filósofo Tyraelle y su ayudante, el estudiante Allausse, intentarán ayudarla, sin saber que la sociedad entera se enfrenta a un peligro mucho mayor.
Colline tenía nueve años. Poco podía imaginarse que no llegaría a cumplir los diez.
En Despertares encontramos una ciencia ficción centrada en el comportamiento humano y en su relación con la ciencia y la magia, una narración elegante y llena de lirismo que nos recuerda a Ursula K. Le Guin o al Isaac Aismov más humanista (Yo, robot y Los propios dioses). Se trata de una novela que parece todavía más corta de lo que es en realidad por su ritmo trepidante, sus diálogos breves pero contundentes y el logrado cruce de tramas que nos mantienen expectantes hasta el final. En definitiva, una muy buena obra de ciencia ficción que, como todas las distopías, nos muestra sin ambages los defectos de nuestra propia civilización.